Día de la Educación Social: «Los educadores sociales en los colegios evitarían los acosos»
Entrevista a la decada de la Facultad de Educación de la Universidad de León, Lourdes Gutiérrez
Los educadores sociales se reivindican en el Día Internacional de la Educación Social. La decana de la Facultad de Educación, Lourdes Gatilleros, recuerda la importancia de estos profesionales que la ULE forma desde 2019 en el contexto social actual.
—¿Qué hay que es la educación social?
—La educación social es una profesión eminentemente educativa. Las herramientas que utiliza son de corte educativo. El apellido de social es porque está destinado a cualquier ámbito de la sociedad y que promueve la inclusión, la integración y la calidad de vida de cualquier colectivo. Es una profesión que pretende mejorar la calidad de vida y la participación ciudadana. Está destinada a colectivos vulnerables, pero a cualquier persona o grupo de personas que precise un apoyo para mejorar su vida y participar. Es una profesión relativamente reciente, pero que tiene un largo recorrido. Aquí en León iniciamos la formación con los grados en 2009, aunque teníamos en plan de estudios aprobado con diplomatura, que no se implantó por falta de recursos personales y materiales. Es una titulación que llena las 40 plazas que tenemos disponibles todos los años. Tiene mucha demanda.
—¿De qué lugares procede el alumnado?
—De León y provincia, pero también tenemos también de Cantabria y otras comunidades que no tienen esta titulación
—¿Qué significa que no forman parte de la educación formal?
—A diferencia de títulos como Educación Infantil o Educación Primaria, que también impartimos en la Facultad de Educación, estas carreras derivan a la educación formal, la reglada, en los colegios y los institutos. El educador social, en principio, de momento, no tiene cabida en esa educación formal. Las prácticas que hacen nuestros alumnos las hacen en entidades sociales, en asociaciones, en organizaciones no gubernamentales, en ayuntamientos, diputaciones, centros de acción social.
—¿Qué diferencia hay entre Trabajo Social y Educación Social?
—León tiene mucha tradición en trabajo social. La Escuela de Trabajo Social tiene más de 150 años y ha formado a muchos trabajadores sociales. El trabajador social puede firmar documentos e informes que el educador social no puede. El trabajador social utiliza otro tipo de herramientas, pero también atiende a colectivos vulnerables. Hay una línea muy fina, muy sutil. El educador social tiene que favorecer un cambio, una transformación de la sociedad a través de la sensibilización. Que todos los colectivos puedan conocer y disfrutar de sus derechos.
—¿Y trabajan en los mismos sectores?
—Hay veces que sí. El trabajador social tiene una separación fina también con el terapeuta ocupacional, con el animador cultural, con el integrador social. Hemos tenido un debate en Castilla y León que pretendían que en los centros de menores tutelados, en los que hay educadores sociales, tener integradores sociales. Creemos que los integradores sociales están preparados para una atención directa, pero no para una planificación de actuaciones. El educador social trabaja fundamentalmente con proyectos de intervención socioeducativa. El integrador social ayudaría al proyecto.
—¿Cuáles son los sectores en los que están colocados los educadores sociales?
—Hay bastantes educadores sociales trabajando en pisos tutelados, en Ceas, en sectores de mujer y deporte, en las residencias de personas con problemas de salud mental.
—¿Hay paro?
—Sí hay. En León, al menos, hay muchas entidades que a través de las prácticas que realizamos que se están dando cuenta, como en las residencias de mayores, que son necesarios y los están contratando.
—¿Qué aprenden en la Facultad los educadores sociales?
—Se les enseña el conocimiento de los distintos colectivos vulnerables, menores en situación de riesgo, maltratados, personas dependientes, migrantes, mayores. Nos faltan bastantes ámbitos, pero a través del conocimiento de las característicos y la vulneración de derechos que sufren determinados grupos de población, se les enseña a gestionar y realizar los proyectos sociales, con técnicas de dinamización social, métodos de investigación, cómo se actúa en el ámbito de la familia, parentalidad positiva. Todo con seminarios, talleres, programas de animación sociocultural para corregir las disfunciones y problemas de una persona en un momento determinado, acompañarle en ese proceso hasta que pueden integrarse y participar activamente en la comunidad.
—Dice que faltan algunos ámbitos. ¿Cuáles?
—Ámbitos de formación específica, como de mujer, como el maltrato, la prostitución, y otras defensas de derechos. Se trata de manera transversal en las asignaturas, como en orientación de igualdad de oportunidades. Hace falta también el entrenamiento en relación de ayuda con más herramientas educativas, pero vamos a esperar. Estamos en proceso de renovación de planes y se están elaborando unos libros blancos donde se reflejarán las necesidades de todos los educadores sociales y las universidades y elaboraremos unos nuevos planes de estudios porque necesitan unas pequeñas reformas.
—¿Qué perfil de persona es la que elige estudios de educador social?
—Una persona empática, sensible, que crea en la igualdad, porque si no fuera así no sería crítica con los fenómenos sociales, y dispuesta a acompañamiento de los más débiles.
—¿Cuál es el fenómeno social que más preocupa a los educadores sociales?
—Es necesario incorporar al educador social en los colegios y los institutos. Ahora se trabaja la convivencia y la prevención del maltrato en los colegios y esas funciones se les está asignando a maestros que reciben cursos pero no están preparados para eso y hacen de mediadores. Pero un educador social haría esa función porque cae dentro de sus competencias. Hay otras muchas necesidades de los niños y los adolescentes porque la sociedad cada vez es más compleja y que no es función de los maestros, como la educación afectivo sexual. En los colegios no se enseña y en los institutos se hace a través de asociaciones que van a dar talleres puntuales, pero se necesita una constancia y preparación, y los educadores sociales están preparados para ello. Deberían estar integrados en el equipo educativo.