El Hospital de Parapléjicos de Toledo atiende a 40 leoneses al año
La leonesa Silvia Ceruelo asume la dirección médica del centro de referencia nacional cuando se cumplen cincuenta años de su inauguración. «La lesión medular es una tragedia», afirma para pedir mucha precaución al volante y evitar caídas accidentales.
Cuarenta leoneses con lesiones medulares son trasladados cada año al Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Desde 1998, año en el que el centro de referencia nacional informatizó sus registros, han atendido a 1.018 pacientes de León. Así lo asegura su directora médica, la leonesa Silvia Ceruelo Abajo, que desde julio asume este cargo tras veintiún años como médica rehabilitadora en el hospital que celebra su cincuenta aniversario.
Los accidentes de tráfico son los que más lesiones causan, pero Ceruelo advierte del aumento de los deportivos y caídas accidentales «En 26 años sólo nos ha llegado un leonés con una lesión por una zambullida, que para ser una provincia con tantos ríos y puentes no es una cifra preocupante, afortunadamente». La mayoría de los nuevos ingresos de este año son por caídas y golpes con objetos. De los 1.018 atendidos en 28 años, 239 fueron por caídas. «Este año llevamos 6, es un dato que fluctúa». El 25% de los pacientes leoneses tienen entre 40 y 49 años, seguidos de la horquilla de edad entre los 50 y los 59 años. «Las caídas casuales suelen ser de gente más mayor, a partir de los 50, y los accidentes de tráfico y los deportivos de gente más joven». Desde 1998 han llegado al centro 40 menores de 20 años. «Accidentes de tráfico, caídas, bicicletas, lesiones por una voltereta...». Ceruelo hace una llamada de atención. «No podemos evitar las lesiones de causa médica, como infecciones, tumores o inflamaciones, pero los accidentes de tráfico, las caídas, las zambullidas son nuestra responsabilidad. Si te caes porque te has subido a un sitio poco seguro, si conduces a gran velocidad o una caña de más, eso no podemos permitírnoslo».
Tras la confirmación de la lesión y la estabilización en León, la dirección hospitalaria contacta con Toledo. Un comité estudia las posibilidades terapéuticas del paciente y se autoriza al traslado. «Le asignamos un médico rehabilitador y se planifican los objetivos. Todo el hospital gira en torno a ese paciente. Es valorado en salud mental, urología, fisioterapia, terapia, neurología... todo el mundo trabaja por y para conseguir los objetivos en el menor tiempo posible y para la máxima capacitación que le podemos ofrecer».
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No hay un tiempo máximo de ingreso. «Trabajamos con objetivos. Hay pacientes que en un mes cumplen los objetivos porque no podemos hacer más por ellos y otros que están casi un año porque podemos hacer un poquito más. Intentamos que no sea mucho tiempo de estancia y que el paciente se enfrente cuanto antes a la realidad cuando salen de la burbuja de centro».
El hospital tiene un programa de preadaptación domiciliaria que se organiza en colaboración con las familias. «Cada paciente y cada lesión es única. Por experiencia y por el grado de lesión podemos sospechar cómo va a ser la recuperación, pero la medicina no es una ciencia exacta, puede haber pacientes que salgan andando. No es lo habitual, pero puede pasar».