Diario de León

El último cortador de pizarra de León

Losas como las de antaño. Miguel Anxo Rivera, un gallego afincado en Puente Domingo Flórez, corta las losas de pizarra a la manera antigua. Con la sola ayuda de una cizalla, da forma a las cuadrículas a granel como lo hacían su padre y su abuelo. El oficio se acaba.

Las losas quedan irregulares. GAITERO

León

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Miguel Anxo nació en la pequeña aldea orensana de Portela de Trigal (O Trigal). Pero desde niño bajaba a la escuela a Puente de Domingo Flórez, pueblo fronterizo de la provincia de León. Allí vive y desde allí sale cada mañana para trabajar.

Su campo de operaciones se desarrolla entre Galicia y Cabrera, donde ha restaurado tantas cubiertas de pizarra o puesto otras nuevas que ha perdido la cuenta. «Son metros y metros cuadrados de pizarra», comenta. La iglesia de Villar del Monte, ahora la ermita, la de Truchas o la Viforcos de Quintanilla de Losada llevan su marca.

«Para mí son como esculturas, quedan ahí», señala con orgullo de oficio. Es el último cortador de pizarra que prepara las losas de forma manual. Con la ayuda de una cizalla da forma a las losas. Empezó en 1989 y tiene que claro que se jubilará haciéndolo como aprendió de su padre y su abuelo.

En las obras de edificaciones antiguas se trata de respetar el modelo tradicional y en las nuevas de mantener una estética lo más cercana posible a esa tradición. Trabajar las losas a mano, con la ayuda de una cizalla, también «da sentido a los cortes» que tienen que el colocador, o sea él mismo, amoldará a la cubierta para que el agua caiga en el sentido correcto.

«Antiguamente lo hacían a martillo, no había este cuchillo», señala. En aquellos tiempos, la explotación de la pizarra era más superficial, «a flor de tierra», y las losas eran más blandas. Ahora las canteras de pizarra se explotan con medios mecánicos y se extraen rachones a más profundidad. «Son más duras para trabajar», apunta Miguel Anxo Rivera.

Más versátil

«Me gusta recortar la pizarra a granel a mano porque te deja hacer en cubierta filigranas»

Con la cizalla no tiene problema. «Podemos trabajar con formatos más gruesos y resistentes» para las cubiertas. Al recortar a mano la pizarra a granel «se aprovecha al máximo», aunque los restos que va dejando en la operación pudieran indicar lo contrario.

Actualmente, se ha extendido el uso de la pizarra cortada en losas pequeñas en las naves de las explotaciones. Son losas de medidas estándar que ya están listas para colocar en los tejados. Miguel Anxo Rivera no se ha rendido a la mecanización. Ni piensa hacerlo. Hay máquinas eléctricas, pero él dice «no, no y no». «A mí me gusta así, se aprovecha más y haces lo que quieres. La máquina te dice lo que tienes que hacer», recalca.

«Con el trabajo manual, la pizarra te deja hacer en cubierta muchas filigranas para llevar el agua al alero, a donde tiene que bajar por su peso», añade Rivera, que recientemente acaba de realizar la cubierta de la ermita de Villar del Monte.

«Ahí sigue estando el gusto por hacer el trabajo», subraya. Pero no hay relevo. «Enseñar se puede enseñar, pero lo primero que hace falta es que alguien quiera aprender», apunta. Algo que no ve muy probable en el mundo actual: «Entre ir de carretillero o colocar paquetes en una nave y subirte al tejado y sufrir las inclemencias del tiempo, no es fácil que elijan lo segundo».

Miguel Anxo reconoce que empezó en el oficio «porque había que ganar dinero». Pero desde el principio el cogió el gusto a la tradición. «Estudié la FP de automoción, pero al final me dediqué a esto», añade. La restauración de casas emblemáticas, como la de la chimenea en forma de pagoda, que replicó en la nueva cubierta de la casa del doctor Brian en Villar del Monte, realizadas hace ya varios años, son el ejemplo de un hacer que se puede contemplar en otras muchas cubiertas de pizarra de la comarca.

Miguel Anxo Rivera ha dejado su huella en otras cubiertas emblemáticas de este pueblo de Cabrera Alta. El Museo del Encaje, la Casa de la Portilla de la Asociación Cultural de Villar del Monte, el molino... como también en el Centro de Cultura Tradicional de Cabrera en Valdavido.

Este hombre de gustos tradicionales se entiende tan bien con la pizarra como con la madera y es uno de los pocos artesanos que sabe hacer tejados de teito en la provincia de León. Y que puede enseñarlo.

Las losas quedan irregulares. GAITERO

Las losas quedan irregulares. GAITERO

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