La reanimación en la calle tras un infarto duplica la supervivencia
Día Mundial de la Anestesia. Las técnicas básicas de reanimación cardiopulmonar en la calle salvan vidas. Los profesionales piden a la ciudadanía que aprenda a dar masaje cardiaco y a la administración que coloque desfibriladores en las calles.
La reanimación cardiopulmonar en la calle por alguien no especialista que está presente cuando otra persona sufre una parada cardiorrespiratoria duplica las posibilidades de supervivencia. Así lo expuso este miércoles el grupo de anestesistas especializado de reanimación cardiopulmonar que salió a la calle para concienciar de la importancia de que toda la población tenga conocimientos básicos en reanimación.
Inmaculada Fernández Villa, Maeva Torío, Sergio Marcos, Astrid Álvarez, Ara Rodríguez y Sergio Batuecas sacaron a la calle todo el equipo necesario para impartir talleres de RCP (Reanimación Cardiopulmonar) en una jornada organizada por el servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor del Complejo Asistencial Universitario de León (Caule), en colaboración con el Ayuntamiento de León.
En el Día Mundial de la Anestesia, los especialistas reivindican el papel «desconocido» de los anestesiólogos, «la especialidad médica que más vidas ha salvado en los últimos 30 años», según una publicación del Instituto Americano de Medicina.
Divulgación
«Si pudiéramos aumentar el número de personas que conocen las técnicas básicas de reanimación cardiopulmonar conseguiríamos duplicar la supervivencia. Cualquier ciudadano del mundo puede salvar una vida» con tres actitudes básicas: reconocimiento y pedir ayuda (al 112), compresiones torácicas y desfibrilación o descarga eléctrica. «Hay campañas para que se coloquen desfibriladores en las calles principales. Hay países que ya los tienen no sólo en todos los lugares públicos, sino en las calles, para que si alguien que pasa por la calle sufre una parada, cualquier persona pueda actuar rápidamente hasta que llegue la ayuda». La jefa del servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor del Hospital de León, María Goñi Zabala, insiste en que «todos podemos ayudar, desde niños, adolescentes o personas mayores con sólo aprender tres cosas importantes como es proteger, avisar y socorrer».
Los pasos
Si cuando vamos por la calle nos encontramos con una persona que acaba de sufrir un mareo y se ha caído lo primero que hay que hacer es comprobar si está consciente y respira. «Si respira pero no responde hay colocarla en situación de seguridad lateral, y si no respira hay que empezar con las técnicas de compresión torácica con el paciente boca arriba».
Pero antes de comenzar con las maniobras, lo más importante es avisar al 112. «Si no tenemos cobertura porque estamos en hasta el campo, lo primero que hay que hacer es proteger al paciente, arroparlo, y dejarlo ahí y trasladarnos cuanto antes a un lugar para avisar y después volver y empezar con las técnicas de reanimación hasta que lleguen los profesionales».
«Los anestesistas somos los grandes desconocidos de la medicina», asegura la jefa del servicio del Hospital de León, en el que trabajan 52 profesionales y están en formación ocho residentes. «Es el servicio médico más grande del Hospital y una de las especialidades más antiguas». Además de anestesiar y dormir a los pacientes en los quirófanos, de los que están pendientes para que todas las constantes vitales se mantengan durante la intervención, los anestesistas se ocupan de la reanimación, el cuidador de pacientes críticos y el tratamiento del dolor agudo y crónico. «No sólo dormimos a la gente, protegemos y cuidamos».
El equipo del Hospital de León realiza dos o tras cursos año destinados al personal sanitario. «Nos gustaría acercarnos más a los colegios para enseñar a los niños, todo el mundo debería aprender estas técnicas. Si no se hace nada, la supervivencia es 0 y si se actúa está en el 28%. Si el infarto ocurre en el hospital, según la causa y las circunstancias en las que se produzca, la supervivencia puede alcanzar el 50%».
Los profesionales de los servicios de Medicina Intensiva y Urgencias ofrecieron también talleres de RCP, tanto para pacientes como para profesionales y estudiantes sanitarios en el Hospital de León. Previamente, en el salón de actos, el jefe de Urgencias, Saúl Escudero, presentó el Protocolo de Atención de la Parada Cardiorrespiratoria en el paciente no ingresado en el hospital.
Los profesionales realizaron en León distintas demostraciones de reanimación con y sin desfibriladores en una carpa que han instalado en la Plaza de San Marcelo de León capital.
En el acto estuvo presente el gerente del Hospital de León, Alfonso Rodríguez-Hevia, que valoró el trabajo del Servicio de Anestesiología tanto en los aspectos operatorios como en otros enfoques como la reanimación cardiopulmonar o la Unidad del Dolor, y el concejal de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de León, Luis Miguel García Copete, que instó a los leoneses a normalizar este tipo de situaciones porque ello redundará «en un beneficio para todos».