Diario de León

El cáncer de mama golpea a leonesas más jóvenes

El 10% de las mujeres que acuden a Almom tienen menos de 50 años, un hecho inusual hasta ahora en este colectivo

Esther Santos Abajo y Ana Belén Herreros en la sede de Almom. ÁNGELOPEZ

León

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Más del 50% de los casos de cáncer de mama se da en mujeres de más de 50 a 69 años. Sin embargo cada vez se detectan más casos en mujeres de menos de 50 años. Según la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria todos los estudios poblacionales coinciden en que la incidencia es de un 25% en las mujeres de menos de 50 años y otro tanto en las que tienen más de 70 años.

En la Asociación Leonesa de Mujeres con Cáncer de Mama (Almom) están sorprendidas por el aumento de mujeres que acuden a su sede con menos de 50 años. Actualmente son el 10% de las 200 socias con que cuenta este colectivo.

Esther Santos Abajo , de 46 años, es una de las últimas que han llegado en busca de apoyo a la segunda planta del número 15 de la calle Burgo Nuevo. «En marzo me noté un bulto en el pecho y, en una primera cita, mi ginecólogo me dijo que no me preocupara, que solo era un poco de líquido»,

Correr por una causa

«Gracias a la investigación, personas como yo vamos a seguir viviendo muchos años»

El mazazo llegó tres meses después. «En junio fui a la revisión y me hicieron mamografía y ecografía y aunque parecía ser algo benigno decidieron hacer biopsia por ser un bulto de nueva aparición». Tan poca importancia le dieron que «fui sola a por los resultados». Pero nada más entrar en la consulta supo que algo no iba bien. Tenía un carcinoma ductal infiltrante en estadio 2.

Mientras la ginecóloga atenuaba el diagnóstico diciéndole: «Tranquila, Esther, que es el que mejor tratamiento tiene», su cabeza empezó a desconectar: «Fue un momento duro. No oía nada, solo pensaba en cómo decírselo a mis hijos de 12 años y en qué iba a ser de mi empresa, porque soy autónoma». Aquella noche no durmió. «Por la mañana, respiré y empecé a pensar en que lo iba a pasar».

Una vez entró en el circuito de la salud pública, entró en lista de espera y fue operada el 30 de agosto. Le extrajeron el tumor in situ —sin mastectomía— y le quitaron el ganglio centinela, que no estaba afectado.

El segundo trago lo sufrió hace unos días, cuando le comunicaron que tendrían que aplicarle un tratamiento de quimioterapia. «Intenté contener las lágrimas; pensé en el pelo y en el miedo a los efectos secundarios». Después de la primera sesión se ha cortado el pelo en previsión de que acabará afeitándose la cabeza ante los efectos de la quimio.

Es un «tratamiento preventivo» porque tiene antecedentes familiares, una tía que falleció a los 48 años después de haber perdido a uno de sus hijos en un embarazo gemelar por la misma enfermedad que sufrió ella. «No soporto que hablen mal de la sanidad pública. Han salvado la de mis hijos y ahora me la están salvando a mí», señala.

«Nos han regalado vida», afirma Ana Belén Herreros, de 51 años, que hace apenas un mes fue mastectomizada. «Era un tumor como el de Esther, pero en fase 1. Pero por su situación, en la areola, cerca de pezón, la indicación era mastectomizar». En breve le harán el estudio genético, porque en mi casa han tenido cáncer de mama mi tía, que murió con 30 años, cuatro primas y mi hermana».

«Parece ya una enfermedad común. No hay nadie que no tenga a alguien alrededor», añade. En su trabajo, una residencia de mayores donde trabaja como auxiliar, «estamos cinco afectadas». Ana Belén empezó a hacerse los ontroles mamográficos a los 46 años —la Junta los ofrece a mujeres de 45 a 74 años— pero desde la pandemia había dejado de acudir al programa de prevención del cáncer de mama. «Me hicieron mamografía y ecografía y notaron algo, pero no me alarmé. Me fui tan tranquila de vacaciones». El resultado de la biopsia fue un duro golpe: «Era malo y me tenían que quitar el pecho». Su cabeza empezó a centrifugar pensamientos negativos. «Mi hermana lo había superado, pero pensaba en la hermana de una amiga que había muerto porque lo tenía extendido y creí que me pasaría igual».

El mes de espera para la operación fue «horrible», «sin dormir». Cuando le operaron y le dijeron que no le iban a poner ni quimio ni radioterapia, «solo un tratamiento hormonal de cinco años», empezó a ver las cosas de otra manera. Aún así está en tratamiento psicológico con la Asociación de Lucha Contra el Cáncer de León. La falta de comprensión en su entorno y el diagnóstico de ELA de su hermana, después de haber superado el cáncer, le han dejado tocada. A pesar de todo, siente que la enfermedad le ha puesto frente al espejo otra forma de afrontar la vida. «Aprendes a darle importancia a lo que realmente tiene importancia y, lo que no, fuera», coinciden ambas.

Almom se ha convertido en el espacio seguro y una fuente de ánimo impagable para estas dos mujeres. «Venir aquí es como una inyección de adrenalina. Las chicas transmiten vitalidad y leyendo el libro de Noelia Valdueza —la presidenta de Almom es autora de ‘Tranquilo, Manuel, todo irá bien’—, «me he sentido muy identificada», señala Esther.

Ella llegó a la asociación de la mano de una compañera de pádel. Ana Belén conocía a Almom de las carreras de la mujer, en las que ha participado. Este año salen a la calle el 27 de octubre con más ganas que nunca y tienen razones importantes para animar a participar a toda la sociedad leonesa en la X Carrera de la Mujer.

«Quien no pueda acudir, puede adquirir la camiseta o hacer donaciones a través del dorsal 0», subraya Esther. «Gracias a la investigación, personas como yo vamos a seguir viviendo muchos años», añade. «Gracias a la investigación, el cáncer de mama ha avanzado mucho en su curación», recalca Ana Belén.

León se teñirá este viernes de lazos rosa. Almom tendrá presencia en la calle con numerosas mesas informativas y huchas benéficas con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, que se conmemora el 19 de octubre. Su sede, en la calle Burgo Nuevo 15, 2ºD, es un hervidero de gente para apuntarse a la X Carrera de la Mujer.

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