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Puzles en 3D para escapar del daño cerebral

Aspaym utiliza la tecnología en tres dimensiones para diseñar juegos que fomenten el pensamiento lógico y la motricidad fina en las personas que han sufrido un daño cerebral adquirido.

Un grupo de terapeutas prueban los juegos. FERNANDO OTERO

León

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«De pronto, me quedé sin habla». María Blanca Ríos Fernández tiene 87 años. Hace un año sufrió un ictus y ahora se recupera en el centro de Aspaym en León. Este miércoles participó en la jornada de puertas abiertas con un taller de puzles en 3D, tipo escape room, para el desarrollo de habilidades durante los tratamientos.

El director de programas y proyectos de Aspaym Castilla y León, Roberto López Martín, explica que cada uno de los diez puzles con los que cuenta este proyecto de innovación tiene una temática diferente para desarrollar el pensamiento lógico y la motricidad fina de las personas que han sufrido daño cerebral adquirido, como le ocurrió a María Blanca.

Este taller forma parte del Programa de Innovación para el Fomento de la Autonomía y el Desarrollo de las Personas con Discapacidad, financiado por la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León. Además, hoy 31 de octubre se hará un café con pacientes y familiares.

Tanto para logopedia como para terapia ocupacional, estas herramientas en 3D contribuyen al envejecimiento activo, tienen fines terapéuticos y son instrumentos de socialización y rehabilitadores. El programa se enmarca a través de la estrategia Erasmus + y los puzles se diseñaron con un consorcio formado por Portugal, Grecia y España para colaborar en el diseño de nuevas tecnologías. «Con el juego, lo que se conoce como gamificación, los pacientes están más concentrados y motivados».

Concentrado y motivado estaba Pepe Mielgo Casado que tiene 76 años. Hace cuatro sufrió un ictus. «Estaba bien. Fui con mi mujer al pueblo, Acebes. Ya volvíamos para León. Conducía mi mujer y al salir de Hospital de Órbigo mi mujer se dio cuenta que tenía mala cara. Yo no me encontraba bien y le decía que siguiera conduciendo, quería llegar cuanto antes a León para ir derecho al Hospital, pero en Villadangos mi mujer paró en el arcén y llamó al 112. Enseguida llegaron la policía municipal y la ambulancia y se activó todo». Pepe juega con los puzles y espera continuar con su recuperación. «Me estaba recuperando muy bien y cogí el covid y todo se frenó, ahora me cuesta más, voy más despacio».

Ochenta de las trescientas personas atendidas el año pasado en todos los programas de Aspaym sufrieron un ictus. «Aumentan las mujeres entre 50 y 60 años y todavía no está muy clara la causa», asegura la directora del centro de León, María Reyero. «Los hábitos de vida poco saludables, el estrés y una disminución de las horas de descanso están detrás de los ictus».

Sin embargo, Aure Castaño Gallego, de 62 años, acude al centro de Aspaym tras un accidente en la carretera. «Era conductor de autobús y en la autovía León-Burgos, al salir de Santas Martas, me alcanzó un coche. Me di contra la barra del conductor y el cristal de la ventana. Me operaron en Madrid. Antes estaba en otro centro y hace un mes me cambié a Aspaym. Hago manualidades y ejercicios. Perdí la memoria, no reconocía a mi mujer ni mis hijas. Ahora estoy recuperando». Entre sus manos tiene uno de los puzles del nuevo proyecto de Aspaym, que ahora tienen que evaluar los terapeutas ocupacionales para decidir a qué usuarios les puede resultar más ventajoso e introducirlos de forma habitual en sus sesiones de rehabilitación.

«La diferencia de los puzles no está tanto en la temática como en la dificultad. Hay que elegir muy bien a los usuarios según su afectación porque no puede generar frustración».

El proyecto original está en la web D3PO, donde profesionales y empresas pueden acceder a los modelos de puzles e imprimirlos.

Pepe Mielgo juega con uno de los puzles. Fernando otero