Los locutorios de León se reinventan: de las cabinas a los paquetes de Amazon
Adaptación tras la revolución tecnológica. Ya no hay cabinas telefónicas, pero el envío de dinero y la recarga de los móviles a las familias de los países de origen siguen en auge. Las nuevas generaciones y las tecnologías obligan a los locutorios a buscar nuevas oportunidades para sobrevivir.
«Cuando empezamos hace ocho años teníamos cabinas con tres teléfonos y ordenadores con conexión a internet, pero todo eso se quitó después de la pandemia». Jacqueline Rodríguez es dominicana, tiene 47 años y junto a su sobrio gestiona el locutorio situado en la avenida Fernández Ladreda. Ahora este local se parece cada vez más a una tienda en la que se pueden comprar artículos básicos de la cesta de la compra, pero la mayor parte de las estanterías están llenas de productos latinos que no se pueden adquirir en los supermercados locales.
Las transacciones de dinero y las recargas de móviles a parientes y amigos de otros países ocupan todavía la principal actividad de un servicio al que recurren las personas extranjeras que trabajan en León, pero la llegada de las nuevas tecnologías y dispositivos que facilitan las operaciones con el móvil hacen que los negocios se adapten a las necesidades actuales. «Seguimos con los envíos de dinero y las recargas de los móviles y también aumentamos la venta de productos latinos, además de disponer de un punto de recogida de Amazon. Nos tenemos que adaptar a los cambios».
Más de once mil extranjeros (11.460) están afiliados en León a la Seguridad Social, un número de trabajadores que va en aumento. La mayoría envían dinero a las familias que se quedan en los países de origen a través de los locutorios, que trabajan con compañías de transacciones internacionales rápidas a un bajo coste. «Los extranjeros que trabajan en León eligen los locutorios para enviar dinero porque las transacciones salen más baratas. El envío es inmediato, llega como mucho en una hora, y cuesta 5,50 euros, mucho más económico que por otras vías que pueden costar 20 euros». Alejandro Cueto Martínez es el propietario del locutorio situado en José Aguado. «Soy el único español que tiene un locutorio en León», destaca. Es natural de la localidad asturiana de Arriondas y gestiona el locutorio desde hace dos años junto a su pareja dominicana Gissel de la Rosa. Para Gissel el trabajo no es desconocido. «Mi madre tuvo uno hace 20 años en León y comenzó con las cabinas de teléfono. Ahora ya no tenemos cabinas, pero nos abrimos a otras oportunidades, como la venta de productos latinos».
Los envíos de remesas se hacen a través de empresas especializadas en transferencias. Tanto Jacqueline como Alejandro utilizan el servicio de Ria y de i-transfer. Las agencias incorporan los avances digitales con opciones de bajo costo. La tecnología financiera crece dando servicio a los nuevos perfiles sociales. «Las compañías han lanzado sus propias aplicaciones que ofrecen a sus clientes para que hagan las operaciones por sus móviles», asegura Jacqueline. «Ya hay pocos locutorios que se dediquen sólo al envío de dinero. Nos hemos ido adaptando. También tenemos en cuenta las necesidades del barrio en el que estamos».
Entre sus clientes hay marroquíes, colombianos, dominicanos, peruanos y paraguayos.
«El envío de dinero y las recargas de móviles crecen», asegura Alejandro Cueto. En este locutorio se envían una media de 21.000 euros al mes a distintos destinos. «Es muy variable. Este mes llevamos ya 150 envíos a diferentes países. El 70% son a Colombia. Nosotros nos llevamos una comisión como intermediarios. El beneficiario recibe el dinero en un número de cuenta o lo retira en una ventanilla en su país con la misma compañía». Cantidades de dinero que los trabajadores extranjeros ahorran en León y que para las familias que se quedan en sus países son de una gran ayuda. «Recargan sus móviles desde aquí, hacen fotocopias y escaneos de documentos y pueden comprar alimentos latinos que no se venden en otros establecimientos».
Los productos llegan a través de proveedores. «La marca más grande en Latinoamérica se llama Goya. Nos llegan refrescos, cervezas, plátanos machos verdes, alubias, yautia blanco...».
Los migrantes que viven en España enviaron 10.000 millones de euros de remesas el año pasado a sus países de origen.