40 años de Isadora Duncan
Las madres que desafiaron al patriarcado desde León
La Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncan celebra sus cuatro décadas de andadura desde que en 1984 cinco madres solteras y un abogado crearon la asociación en León, una de las primeras de España, hasta convertirse en un referente mundial de las madres solas.
Editorial: 'Isadora Duncan recoge los frutos'
María García, persdienta de la Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncan, fue la iniciadora de este colectivo. Este miércoles su voz se oirá entre la de otras fundadoras, como Presentación Andrés García, Felicidad Herrero o Carmen Pérez Teruelo, y colaboradoras como Mercedes Rodilla, Emilio Oviedo, Esther Bajo y Julián Navarro, que desde las 9.30 horas darán testimonio en la Fundación Sierra Pambley de aquellos primeros pasos.
«Lo hicimos para rebelarnos contra el patriarcado. Para dejar claro que nadie tenía derecho a agredirnos ni a maltratarnos», subraya García. Madres solas que no aspiraban a casarse para liberarse del estigma, sino que lucharon (y en ello siguen) porque sus familias fueran reconocidas con todos los derechos. La sentencia del Tribunal Supremo que reconoce el permiso de paterninadad y maternidad a las madres solas es una de tantas batallas actuales. «Lo han reconocido solo para las empleadas públicas. ¿Qué pasa con las trabajadoras de empresas privadas?», alega.
«Los derechos sociales no se heredan, cada generación tiene que luchar por ellos», advierte la presidenta de la Fundación Isadora Duncan al mirar hacia un presente que ve demasiado marcado por el individualismo, «donde lo colectivo no importa y el bien común no existe». Isadora Duncan es una obra colectiva, como hoy quedará patente en el acto conmemorativo de la Fundación Sierra Pambley y como se ve en cada rincón de la sede que tiene en Reino de León.
El cartel de Monseñor, con una mujer mitad triste —porque en la mayoría de los casos eran mujeres abandonadas por padres desertores— y mitad alegre, por el nacimiento de su criatura y con la leyenda: «Ser madre no es una vergüenza, no te dejes marginar». O el logo que les hizo Olga Castrillo son señales gráficas de esa obra colectiva.
Hace cuarenta años aún estaba vivo el Patronato de la Mujer que durante el franquismo ejerció de tutor y fue el brazo represor de las madres solteras. Desde León, unas chicas jóvenes que habían tenido a sus criaturas en solitario siendo adolescentes decidieron enarbolar la bandera de los derechos para ser reconocidas como familias y como mujeres con derechos.
Isadora Duncan, creada el 30 de marzo de 1984, fue la segunda asociación de madres solteras en España, después de la de Madrid. Su primer sueño, crear una residencia para madres solteras, se hizo realidad aunque al comienzo les parecía imposible.
En lo personal también rompieron moldes. «Todas las fundadoras y muchas más hemos dado estudios universitarios a nuestros hijos e hijas. Feli, desde los 13 años en La Praviana, en un trabajo de hombres; Presen, con dos hijas —para el sistema era ‘reincidente— como empleada de hogar. «Sin marido y con agallas, como se dijo en el primer artículo de Diario de León, queríamos buscar nuestra solución», precisa. La salida de casarse que les daba el patriarcado, «muchas veces significaba acabar como víctimas de malos tratos».
Del pasado al futuro
«Chocábamos hasta con el feminismo, porque entonces la maternidad no era una de sus prioridades y desde León y desde la clase obrera iniciamos un camino muy duro», recuerda. Chocaban con la familia y con la sociedad que las afeaba sus ganas de divertirse. Algo que no ha cambiado tanto, advierte García, al hilo del caso Errejón: «A Elisa Mouliaá se le recrimina que por qué no estaba con su hija en lugar de irse con él».
«Fui la primera madre soltera que tuvo libro de familia en este país, veníamos de un pasado donde no existíamos», recalca María García. «Las nuevas maternidades se olvidan de dónde venimos y no podemos avanzar si no hay memoria», añade al señalar que las madres solas que recurren a la fecundación in vitro muchas veces llegan a ella porque no encuentran parejas que quieran comprometerse, como señalan las investigaciones.
Para el nacimiento de la asociación Isadora Duncan, recurrieron a la radio y a la prensa y para su expansión, internet ha sido la clave. «En eso fui visionaria. Tenemos página web desde 1996», asegura María García. La comunicación digital ha facilitado su proyección mundial amadrinando numerosas asociaciones hermanas en América del Sur.
Es la primera entidad monoparental reconocida como organización de carácter consultivo especial del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (Ecosoc) y una de las impulsoras de Red Europea de Familias Monoparentales (Enos).
La batalla del cuidado
Tienen un local autofinanciado, una docena de personas en plantilla y el año pasado tuvieron 1.429 beneficiarias directas en sus diferentes programas: punto de atención a familias monoparentales (111 usuarias); Centro de prevención y protección a mujeres inmigrantes víctimas de violencia de género (154 usuarias y 609 consultas); Empoderamiento económico con educación financiera y familiar y atención a la pobreza energética (421 usuarias en 577 consultas); préstamos solidarios para familias monoparentales (una nueva solicitud y 17 préstamos en vigor) y Observatorio de Cuentas de Pago Básicas.
La FFM Isadora Duncan tiene un Observatorio Estatal de Familias Monoparentales que ha presentado en diferentes organizaciones internacionales como la ONU, a través de Ecosoc o la asamblea anual de MMM (Make Mothers Matter). Mantiene el programa de Familias Monoparentales en Red con conexiones con todo el mundo y temas que van desde la vivienda a la inclusión financiera. La fundación ha tenido dos intervenciones en el Consejo Económico y Social de la ONU y lideró en 2023 el primer encuentro internacional de familias monoparentales en León.
Otra acción que atraviesa toda la actividad de la fundación es la conciliación. Cuenta con personal de atención a la infancia para las consultas y talleres específicos de formación en ciencia y tecnología para épocas vacacionales. El año pasado se dio soporte a 165 menores.
El programa de prevención de la violencia de género, en todas sus manifestaciones, ha sido pionero en la visibilización, denuncia y sensibilización sobre la violencia económica, con cuatro cortometrajes inspirados en casos reales. Una violencia económica que se institucionaliza, denuncia, «cuando las administraciones sacan a concurso los servicios de cuidados a la oferta más barata», lo que repercute en precarizar los trabajos de las mujeres.
«No se le da el mismo valor al trabajo que hacen las mujeres que el que hacen los hombres y así no vamos a conseguir que los hombres se incorporen a los cuidados», subraya. García lamenta que «se habla de milagro en el caso de la residencia donde las cuidadoras salvaron a los ancianos subiéndolos a pulso, cuando ha sido la fuerza de las mujeres mal pagadas y explotadas».