ENTREVISTA
Elvira Roca: "La caza de brujas se paró en España con Alonso de Salazar"
La escritora y ensayista participó en la II Jornada Hispanidad de la Asociación Héroes de Cavite de León dedicada al Siglo de Oro español y la leyenda negra
Elvira Roca Barea, escritora, profesora y ensayista que arrastra tanta fama como polémica tras la publicación del exitoso libro «Imperiofobia y leyenda negra. Roma, Rusia, Estados Unidos y el imperio español» (2016), abrió ayer en León la II Jornada Hispanidad, que la Asociación Amigos de Cavite dedicó al Siglo de Oro español y la leyenda negra a partir de su libro «Las brujas y el inquisidor», premio Primavera de Novela 2023.
—¿Qué impacto tuvo en España la caza de brujas?
—La caza de brujas fue mucho más limitada y escasa en el sur de Europa que en el norte; y se dio más en el norte de la Península respecto al sur. En Italia se dan sobre todo en el norte por contagio del sur de Alemania. En España todos se dan en el norte, por contagio de Francia. Aquí hay muchas menos causas desde el principio, y de manera definitiva, ya no hay persecución por brujería a partir de las leyes nuevas que se dictaron tras el caso de Zugarramurdi por Alonso de Salazar. España, en la caza de Brujas, es una anomalía con respecto a la Europa occidental.
—¿El caso de Zugarramurdi ha marcado la leyenda negra?
—El caso de Zugarramurdi llegó a tener unas dimensiones importantes no tanto debido a las condenas y juicios sino porque hubo cientos de personas denunciantes. Es la gente la que denuncia. No es algo que el juez, el inquisidor haga por impulso propio. Viene gente a denunciar que están siendo víctimas de las maquinaciones de una bruja que en su calle, su aldea, su caserío... que se le han muerto tres vacas por eso o que a su niño se lo llevan en un aquelarre por la noche. Lo que hay que comprender es cómo se produce ese fenómeno de alucinación colectiva.
—¿Qué papel jugó Alonso de Salazar?
—Gracias a él, a Antonio de Benegas y Fernando de Sandoval, que era el gran inquisidor, al penetrar en ese mecanismo de histeria colectiva, lograron pararlo. Zugarramurdi fue alentado desde el lado francés con la intención de justificar una intervención. Alonso de Salazar, con el edicto de silencio, logró convencer a la gente de las aldeas y los pueblos para que dejaran de hablar de brujería.
—¿Qué fue el edicto de silencio?
—A la gente se la convenció de que con la confesión y la absolución se cerraba el caso. Así se consigue que no vuelvan a acusar a los vecinos. Desactivaron una auténtica bomba de relojería. Alonso de Salazar es el responsable de evitar cientos de muertes ante estos episodios de histeria colectiva. Hay que reconocer el valor, la tenacidad y la capacidad que tuvieron para afrontar chaparrones.
—¿No existieron los aquelarres?
—No pudieron demostrar ni un caso. Ni brujas ni sapos encantados, ni pócimas mágicas. Pasaba que a veces la gente se juntaba a bailar en algunos prados y pasaban cosas, las alegrías después de beber unos chatos de vino. Eso sí, había gente, como ahora, que aprovechándose de la credulidad humana echan las cartas... Era inofensivo hasta que la capacidad de influencia alcanza niveles como que son capaces de hacer desaparecer personas, etc.
—¿Cuántas personas acabaron en la hoguera o ejecutadas por la Inquisición en España?
—El banco de datos del Santo Oficio (1500-1700) recoge unas 50.000 causas. Condenas a muerte, en torno a 1.400 y ejecutadas de facto, unas 800. Entre un tercio y la mitad de los condenados fueron curas por «males del confesionario» o porque practicaban la usura. Salazar acudió a un caso en Granada por un desfalco en el Obispado.
—¿Y de brujería?
—Menos de 50. La Inquisición juzgaba un montón de delitos que siguen siendo delitos, como falsificación de moneda o de documentos. El Quijote de Avellanada, por ejemplo, es un caso de falsedad. Juzgaba la pederastia, la trata de blancas, el perjurio... Un tribunal con tanto trabajo y con esa mínima cantidad de muertes no lo hay España ni en ningún sitio. Aquí en León cualquier tribunal civil de la época habrá ejecutado más penas de muerte.
—¿Cómo se explica el fenómeno de la Inquisición en España?
—Hay que entender que la Inquisición española nace tardíamente. Mientras en Europa aparece a partir de la gran herejía de Languedoc, en Castilla y Aragón surge a partir de la gran cantidad de conversos judíos y nace como una institución de la monarquía. Nunca la controló el papado. En los países protestantes son las instituciones civiles las que vigilan la ortodoxia de la fe. Hasta tal punto que en Inglaterra permanece el delito de blasfemia hasta 1978. Los emigrantes que fueron a América eran disidentes de la iglesia anglicana. Todas las iglesias eran intolerantes.
—Se habla de más de 30.000 personas ejecutadas por brujería en el sur de Alemania. ¿Por qué se focaliza en ciertas zonas de Europa esta persecución?
—Son más de 100.000 en toda Europa. Hay una línea de relación entre la conflictividad religiosa y la virulencia en la brujería. La Navarra francesa fue una de las zonas más conflictivas.
—Aparte de Zugarramurdi, ¿qué otros casos de brujería se juzgaron en España?
—De los tribunales civiles se conservan bastantes, el de Pancorbo, en Palencia, el caso de las brujas de Ceberio...
—¿Conoce alguna causa en León?
—La verdad es que no.
—Se habla de la última bruja de León ejecutada en Santibáñez de la Isla en el siglo XIX por la Inquisición...
—No sé si en Santibáñez de la Isla lincharon a alguien pero condenado por un tribunal, no. La Inquisición ya no existe en el siglo XIX y los tribunales civiles ya no lo hacían.
—¿Cuándo cesa la actividad de la Inquisición?
—A finales del XVIII ya prácticamente no tiene actividad y es abolida por las Cortes de Cádiz.
CONTRA LA LEYENDA NEGRA
El presidente de las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán, junto al alcalde de León, José Antonio Diez y la presidenta de la asociación Héroes de Cavite, Marta Eva Castellanos, inauguraron la II Jornada Hispanidad en el salón del Ayuntamiento de León. El siglo de Oro español y la leyenda negra analizó la caza de brujas, la escuela de Salamanca o las leyes de Indias.