Una criatura muere en el mundo cada 4 minutos
La representante especial de la ONU denuncia una «pandemia de violencia» contra la infancia y pide servicios concretos
La representante Especial de la ONU sobre la Violencia contra los Niños, Najat Maalla M’jid, considera que el mundo enfrenta una «pandemia» por la violencia contra los menores, y aboga por un trabajo conjunto entre los diferentes actores para combatir este problema. «Enfrentamos la pandemia de la violencia contra los niños. Es una violencia cotidiana que se suma a todos los demás problemas, como la crisis climática, la de alimentos, los desplazamientos, las bandas armadas, es una locura», afirma Maalla, que participó el jueves y el viernes en la Conferencia Ministerial Mundial para poner fin a la violencia contra la infancia. Según cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), al menos un niño o niña muere en el mundo cada cuatro minutos por un acto de violencia. Es decir que cada año, la violencia se cobra la vida de un promedio de 130.000 niños, niñas y adolescentes. Unicef también resaltó que al menos 90 millones de niños y niñas vivos han sufrido violencia sexual, mientras que 650 millones de mujeres fueron víctimas de abusos en su infancia, de las cuales más de 370 millones sufrieron violaciones o agresiones sexuales. Una oportunidad para transformar En la conferencia de Bogotá participaron un centenar de ministros y representantes de todo el mundo para hablar de temas como el acoso escolar, la violencia digital, el castigo corporal, el reclutamiento o los abusos. Maalla cree que la cumbre supone una verdadera oportunidad para empezar a transformar la situación que viven los niños, niñas y adolescentes por cuenta de la violencia, un trabajo en el que las voces de los menores han sido claves. «Sabemos qué hacer, cómo hacerlo y que la violencia tiene cada vez más herramientas. El problema en el mundo, en los países, es que la protección de la infancia no está plenamente integrada en los planes nacionales de desarrollo, en los planes locales, en cómo traducir todas estas maravillosas políticas y estrategias en servicios concretos que lleguen a los niños y a sus cuidadores allí donde estén.