CUMBRE EN AZERBAIYÁN
Sánchez: «El cambio climático mata, lo ha hecho en Valencia»
El presidente lleva a la COP29 la tragedia de la dana de prueba: 220 muertes
«He venido aquí para contar que el cambio climático mata y en Valencia lo ha hecho con 220 compatriotas míos». Con esa contundencia, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, inició este martes su intervención de apenas cinco minutos ante el plenario de la COP29. «Algunos todavía dudan de la evidencia científica del cambio climático», dijo arremetiendo contra los negacionistas. Y aprovechó para presionar al resto de líderes mundiales sentados en el plenario instalado en el Estadio Olímpico de Bakú. «No arrastremos los pies», pidió. «Sabemos cuál es el problema y qué hay que hacer. Hemos visto titubear a gobiernos y caminar hacia atrás solo para que los ricos sean más ricos. Esta fórmula nos conduce al desastre», apostilló.Minutos antes, en otra intervención, el jefe del Ejecutivo recordó la necesidad de un mayor presupuesto. «No es suficiente. Tenemos que innovar nuestro sistema de financiación, incorporar más y mejor al sector privado, buscar nuevas fuentes de financiación como las grandes fortunas, tenemos que reflejar una nueva realidad de un mundo que ha cambiado». Con la intervención de Sánchez, las inundaciones de la Huerta Sur de Valencia ya han aparecido dos veces en dos días en la cita anual contra el cambio climático. En la apertura, el presidente de la COP29, Mukhtar Babayev, tuvo un breve recuerdo «para las víctimas de las inundaciones de España». Sánchez responsabilizó de esta catástrofe al cambio climático, pero António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, fue más allá. «Los ricos causan el problema, los pobres pagan el precio más alto». El máximo dirigente de la ONU recordó el informe de Oxfam del pasado mes de octubre: «Los multimillonarios más ricos emiten más carbono en una hora y media que una persona promedio a lo largo de su vida». Una frase pronunciada ante los líderes mundiales que, precisamente, han llegado al corazón del Cáucaso en, una amplia mayoría, aviones privados. El año pasado, la cifra de emisiones de efecto invernadero volvió a marcar un nuevo récord y creció un 1,3% respecto a 2022. A pesar de los acuerdos y las promesas, el ser humano emitió 57,1 gigatoneladas de CO2 equivalente, según Naciones Unidas. Eso se traduce, enumeró Guterres, en «familias que temen por sus vidas por el próximo huracán», «obreros que se desploman por el calor», «menores con hambre por culpa de la sequía» o «inundaciones que arrasan comunidades e infraestructuras». «Y nadie se salva», afirmó.