La filóloga pionera que amó El Bierzo
OBITUARIO. DOIREANN MacDERMOTT
Doireann MacDermott (Dublín. 1923-Barcelona. 2024), viuda del escritor berciano Ramón Carnicer (Villafranca del Bierzo.1912-Barcelona. 2007), se despidió de la vida este miércoles 13 de noviembre, a pocos días de cumplir los 101 años. Filóloga, traductora y catedrática jubilada de la Universidad de Barcelona, dijo adiós con su eterna sonrisa y con la conciencia clara de que dejaba un mundo nada halagüeño.
Su larga vida estuvo sembrada de aventuras que ella siempre estuvo dispuesta a vivir. Hija de un militar, decidió alistarse en el Ejército británico durante la II Guerra Mundial tras la muerte de su hermano. Empezó como marino raso y acabó como suboficial. En 1950 conoció en Ginebra a Ramón Carnicer después de graduarse en Literatura Inglesa por la Universidad de Londres. Cuando se instalaron en Barcelona poco después, aún de novios, iniciaron juntos la «quijotesca» de crear la Escuela de Idiomas Modernos de Barcelona. «Los dos éramos grandes admiradores de Don Quijote y teníamos una gran imaginación, era un proyecto extremadamente difícil para dos personas solas, no contábamos con nadie más», confesó a Diario de León poco antes de cumplir los cien años. Con su máquina de escribir Remington y la experiencia de Carnicer junto a Antoine Velleman, fundador de la fundador de la famosa École d’Interprètes de Ginebra, elaboraron el proyecto. Ella buscó nombres y direcciones de todas las universidades donde se enseñaba español y envió 400 copias de un folleto en el que se invitaba a estudiar el idioma en España.
Así nació el Curso de Estudios Hispánicos y la Escuela de Idiomas Modernos arrancó con la enseñanza de inglés -que hasta entonces era desastrosa en Barcelona-, francés, alemán y español. Doireann MacDermott fue profesora en la Universidad de Zaragoza antes de conseguir la plaza en Barcelona. Para entonces ya había nacido Alonso, el único hijo del matrimonio. Fue premio Ciudad de Barcelona por su tesis La otra cara de la justicia, sobre la delincuencia en la literatura inglesa.
Su labor intelectual se extendió por los países de la Commonwealth. A través de sus viajes a Australia, África y Canadá se convirtió en la pionera que introdujo en España el interés por la literatura poscolonial. Los viajes fueron una pasión compartida con su esposo. «Los viajes con Ramón eran los mejores, era como ir de vacaciones», señaló hace poco más de un año. Hasta los pies de La Cabrera le acompañó, de la mano de su hijo, cuando en 1962 emprendió la caminata para escribir el libro Donde las Hurdes se llaman Cabrera. Ambos soñaron con hacerse una casa en El Bierzo, en una finca de vistas maravillosas que compraron en Villadecanes.
Doireann MacDermott acabó su larga vida en paz, en su casa tan querida, desde donde la panorámica de Barcelona también es magnífica. Se despidió con lucidez y acompañada de sus fieles amigos, todos ya de otras generaciones. Y quiso que su despedida sea una reunión de colegas y amigos entre risas, como lo hacían en el pasado. El velatorio es este jueves y el viernes por la mañana en el tanatorio de Sant Gervasi. Las tórtolas que la visitaban a diario en su terraza la echarán de menos y la llevarán volando junto a su querido Ramón.