Un noviembre de primavera despierta la plaga letal de los perros
No esperan ya a primavera. Ni la procesionaria ni las garrapatas y las pulgas. Las temperaturas de un mes de noviembre que ha sido más bien primavera han provocado una especie de segunda ‘camada’ de estas plagas. El Colegio de Veterinarios de León aconseja que se tomen medidas.
La primera alerta la han dado los usuarios del pipicán de Eras de Renueva, la zona de esparcimiento canino cerrada que está debajo de los depósitos de agua. «El tiempo está loquísimo, hay gusanos de procesionaria por el suelo. Cuidado», avisan.
La plaga letal para mascotas debería estar dormida al menos durante cuatro meses más pero un mes de noviembre con temperaturas de primavera la ha despertado. Un comportamiento inusual que se explica por la falta de frío y la ausencia de heladas.Inusual es también la temperatura registrada en León en lo que va del mes de noviembre.
Es la provincia que ha registrado mayor desvío de la temperatura media de todo el país: 3,8 grados de más. Una anomalía térmica de la que ha dejado constancia la Aemet. La Agencia Estatal de Meteorología establece que el desvío de las temperaturas máximas ha sido en los quince primeros días del mes de 3,9 grados y el de las mínimas, de 3,7. Esa irregularidad se ha producido también en Valladolid (3,7 grados, una décima menos que León), Santiago de Compostela (3,6) y Soria (tercera ciudad en el listado de excepcionalidad térmica, con 3,1 grados de desvío). Tres lugares de Castilla y León y uno de Galicia que encabezan este listado. Muy de lejos de ciudades mediterráneas y del sur, como Jerez de la Frontera (2,4 grados), Sevilla (1,4), Málaga (1,9), Murcia (2,5). Más afectadas que las urbes sureñas están Bilbao, San Sebastián o Zaragoza, con 2,8, 25 y 2,4 grados respectivamente.
Por días, en León se ha rozado en la primera quincena de noviembre de máxima los 20 grados. Fue el 2 de noviembre, con 19,4 grados por el día. Rozando los 19 grados se registraron cinco días de quince y los demás estuvieron por encima de los 13 grados salvo el miércoles 13 de noviembre, con 9,8 grados de máxima. No heló ni una sola noche. El 1 de noviembre la mínima fue de 11,9 grados y la noche con la temperatura más baja fue la del martes 12 de noviembre, con 1,8 grados y el miércoles 13, con 1,9. El resto de las noches la temperatura no bajó de los 4,8 grados y muchas se mantuvieron por encima de los 6 grados.
Este desvío térmico que sufre León se ha producido también en el mes de noviembre del año pasado y en enero, febrero, abril, julio, agosto y octubre de este año en una comparativa de las temperaturas medias mensuales respecto al periodo de referencia 1991-2020, según los datos registrados por la Aemet.
Estas temperaturas inusuales han cambiado el ciclo de vida de las orugas, un hecho generalizado en todo el país. Los especialistas recomiendan que se trate a los pinos ya en otoño y no sólo en primavera. Al menos una de los lugares as ZEC de la ciudad está en una zona de procesionaria. La tardanza en aplicar las medidas por parte del Ayuntamiento de León convirtió la primavera pasada en inutilizable el pipicán de los depósitos de agua.
Otras dos plagas beneficiadas por la temperatura son la de las garrapatas y las pulgas. Desde el Colegio Oficial de Veterinarios de León se recomienda tratar todo el año a los perros contra garrapatas y pulgas y no sólo los meses de primavera y verano. E instan a los propietarios a aplicar correctamente la pauta. No dejar pasar una semana desde que decae la protección marcada por el fabricante, avisan desde el Colegio de Veterinarios.
La Aemet y Meteo Bedunia prevén la llegada del frío en los próximos días a León. El viento anticipó ayer este cambio de estación. Será el adiós a este anómalo noviembre que ha visto hasta florecer los árboles. Y una segunda ‘camada’ de procesionaria y garrapatas.
Garrapatas: tratamiento todo el año
Para combatir la plaga de garrapatas y pulgas, los veterinarios recomiendan utilizar dos sistemas antiparasitarios a la vez. También lo hacen en las protectoras de animales.
Son partidarios de la pastilla unida a otro producto. La combinación de dos es obligatoria si el perro desarrolla actividades al aire libre, caza, pasea por bosques, caminos o prados o frecuenta zonas de esparcimiento canino.
Si al perro le gusta bañarse, el consejo es utilizar un collar apto para el agua mejor que una pipeta.
Los veterinarios aconsejan cumplir los protocolos marcados por los profesionales y no esperar a que ‘caduque’ el efecto de los tratamientos. Es mejor, dicen, anticipar la dosis unos días a dejar que se cumpla el calendario de prevención. Y tener en cuenta las características de cada producto.
Las pastillas impiden que las garrapatas se enganchen o permanezcan el tiempo suficiente como para que haya intercambio de sangre e infecten al animal y, por lo tanto, protegen a la familia humana del perro. No importa si se moja o no y cubre todo el cuerpo.
Las pipetas y collares repelen las garrapatas pero hay que esperar entre 48 y 72 horas para lograr su efectividad y, en ese tiempo, el animal no puede mojarse. La pipeta debe aplicarse en el cuello y en el lomo del animal.
En contra de una creencia generalizada, usar dos productos a la vez, independientemente de cuál se elija, no está contraindicado ni produce toxicidad a los perros.
Estas recomendaciones siguen el concepto ‘One Health’ (‘Una Sola Salud’): la salud humana, animal y ambiental están estrechamente relacionadas y son interdependientes.
Procesionaria: el enemigo de perros y niños
La procesionaria del pino ha adelantado este año su descenso de los árboles. Sí lo hacía en primavera, la Thaumetopoea pityocampa marcha ya en fila con el riesgo que supone no sólo para los animales de compañía, también para las personas que entren en contacto con ellas.
El peligro está en los pelos que desprenden, que son urticantes. Pueden provocar una fuerte reacción alérgica en personas y animales. A los perros les puede provocar la muerte. No dejes que se acerque a oler la hilera de procesionaria. Los pelos de la procesionaria son muy ligeros y pueden quedar en suspensión en el aire.
El perro puede sufrir una reacción aunque no toque a la procesionaria, por eso es mejor no acudir a zonas infectadas. No sólo provoca irritación y reacciones alérgicas, también puede producir inflamación en la lengua nariz, boca y cabeza. Produce asfixia en muy poco tiempo.
La gravedad depende del número de pelos que hayan entrado en contacto con el perro.
El Colegio de Veterinarios recomienda acudir con urgencia al veterinario. Si quien ha tocado una procesionaria es un niño o una persona mayor hay que ir al centro médico para su tratamiento. Es importante no perder el tiempo, avisan.
La procesionaria del pino se puede combatir con medios naturales. Hay dos pájaros que se alimentan de estas orugas: los carboneros y los herrerrillos. Estas aves insectívoras viven en parques, toleran bien la presencia humana y son voraces con la procesionaria. El cuco también está entre las especies que pueden combatir estas plagas. Otras formas para combatir la procesionaria del pino se basa en el tratamiento químico de los árboles y colocar trampas en el tronco del árbol, una barrera física que impide que las orugas lleguen al suelo. O con hongos que las parasitan.