Los 22 minutos de apología a Franco en una misa en León
El cura Jesús Calvo ensalzó la figura del dictador y el nacionalcatolicismo: "España fue el primer país en plantar cara y vencer al comunismo"
Era una misa por Franco y se convirtió en un mitin. El cura Jesús Calvo ocupó casi 22 minutos de los 40 que duró el oficio en la iglesia de Santa Marina de la capital leonesa en ensalzar la figura del dictador, del que este miércoles se cumplían 49 años de su muerte, y los logros de la ‘cruzada’ frente a los que llamó «desmanes» de la II República.
En la calle se oían los gritos de los jóvenes que, desde antes de las ocho de la tarde, se concentraron en las cercanías del templo para expresar su rechazo a lo que tildaron de apología de la dictadura. La concentración, separada de la puerta del templo por un cordón policial, fue contestada por los primeros ‘fieles’ en llegar que entonaron el himno de la Falange, con el ‘Cara el sol’.
Por ambos lados se profirieron insultos. «España fue el primer país en plantar cara y vencer al comunismo», dijo con orgullo el sacerdote, que se dirigía a los fieles como camaradas. En su larga disertación hizo hincapié en los «males» del liberalismo como el «amontonamiento de partidos» mientras defendió el nacionalcatolicismo y la unión iglesia y estado. Ante un templo prácticamente lleno, también atacó a los «segregacionistas» y «separatistas».
El Obispado de León ha señalado que se trata de una misa solicitada por un feligrés de la parroquia en una carta en contestación a la queja de Juventudes Socialistas de León, que pidió su suspensión por atentar contra «los valores democráticos y la memoria de las víctimas del franquismo».
Calvo inició su discurso defendiéndose de las críticas con un ataque: "Por encima de todo, las purgas, las calumnias, las persecuciones, todo eso, no puede ir contra la verdad y contra la historia". "La providencia divina -prosiguió- ha estado con nosotros en esta patria, España, y nos ha librado de invasiones y la última, la del 36, librándonos del peligro terrible del marxismo".
"El único país que rompió los dientes al comunismo ha sido España y por tanto ahí tenemos una prueba de que la providencia está con nosotros: con menos medios logramos lo impensable", sentenció Calvo.
"Lo que tenemos que hacer es no dormirnos en los laureles" dijo al invocar al "nacionalcatolicismo contra el liberalismo ateo". Una "sociedad constituida desde los planes del creador" o, por el contrario, "una sociedad basada en la pobre visión terrenal, rebajada en su condición trascendente a la luz del más fuerte, a la discusión interminable del quítate tú para ponerme yo".
El cura exaltó el triunfo de Franco porque, según dijo, sacó a España "de la miseria y los desmanes de una república instigadora e infiltrada del comunismo antipatriótico, anticatólico y anticlerical". El liberalismo, señaló, "idolatra a la libertad, convirtiéndola en una diosa" y cuyo resultado es "el libertinaje".