El canivalismo del arte chino atrajo a un millón de televidentes

Un millón de televidentes sintonizaron el Channel 4 británico para ver el documental sobre arte chino en el que un artista mordía a un recién nacido muerto y otros bebían vino en el que flotaba un pene amputado, según datos de la emisora. A pesar de la polémica que precedió a la emisión -o, seguramente, gracias a ella-, un inesperado número de espectadores eligió obviar la película «Superdetective en Hollywood II» que programaba otra cadena para asistir el jueves por la noche a las peripecias caníbales de la vanguardia artística de Pekín. Sólo quince personas en todo el país se quejaron por las imágenes «después de la emisión del espacio», ya que «anteriormente ya se habían quejado cincuenta personas», señaló un portavoz de Channel 4. Y es que, a causa del programa, la prensa británica había calentado el ambiente con una polémica sobre los límites del entretenimiento en televisión.