Veinte años de estudios permitirán prevenir en la niñez la grasa en el abdomen
Científicos italianos hallan el gen de la «barriga cervecera»
Se acabó el mito de la «barriga cervecera». Esta bebida alcohólica no es la culpable de las prominentes panzas de algunos hombres. Sí lo son el exceso de grasas provo
Un grupo de científicos italianos capitaneados por el doctor Pascuale Strazzullo ha descubierto el gen que favorece la acumulación de grasas alrededor del abdomen. Se trata de la variante DD (denominada poliformismo) de la enzima conversora de la angiotensina, la cual desempeña un papel clave en el control de la presión arterial. Este hallazgo abre una interrogante que hasta ahora no se había planteado: ¿se puede predecir qué niños tendrán la «barriga cercevera» cuando crezcan, independientemente de sus hábitos alimenticios? Según Strazzullo, «después de veinte años de intensos estudios descubrimos que los portadores de esta variante tienen tendencia a desarrollar grasas abdominales, aunque puede que nunca lleguen a formarse si se cuidan. De todos modos, nosotros sólo hemos realizado un muestreo. Debemos ampliar el campo para ratificar los resultados. Quizás en los próximos proyectos de la Unión Europea podamos trabajar con otros grupos de investigación italianos y extranjeros para comparar las distintas conclusiones». Hábitos La investigación se realizó a mil hombres -de edades comprendidas entre los 25 y los 75 años- pertenecientes a la multinacional italiana Olivetti. El 40% resultó poseer la variante DD, lo que significa, según el estudio, que tendrán el doble de posibilidades de tener la prominente barriga a partir de los 50 años. «Sin embargo, no podemos olvidar los hábitos de vida. El exceso de calorías favorece irremediablemente el cúmulo de grasa abdominal. El sedentarismo, la ingestión excesiva de alimentos y bebidas alcohólicas pueden provocar igualmente este problema, pero no la cerveza por sí sola», afirma el científico italiano. Pero la variante DD no favorece exclusivamente el sobrepeso. Los problemas cardiovasculares, la hipertensión y otras enfermedades metabólicas están muy ligadas al poliformismo. «La influencia de la genética en estas enfermedades complejas es más fuerte de lo que creemos. Si una persona se cuida y posee este gen, las consecuencias pueden ser pequeñas. La posibilidad de prevenir el desarrollo de la obesidad, incluso con una predisposición genética, a través de una alimentación sana y una actividad física regular es factible.