Diario de León pone a la venta a partir de mañana el DVD de «Dune», una producción de Dino de Laurentiis, dirigida por David Lynch, que adapta la saga literaria creada por Frank Herbert
Viaje al planeta Arrakis
Fue un proyecto largamente acariciado por diversos realizadores. El famoso guionista de cómics A. Jodorowsky fue la persona que más cerca estuvo de adaptar los conocidos libros de Frank Herbert en un proyecto que contaba con la participación de Salvador Dalí en un pequeño papel, la ambientación de dibujantes como Moebius y una banda sonora ideada por Pink Floyd. Pero la producción no se inició y hubo que esperar hasta la década de los 80 a que Dino de Laurentiis, productor de varios films de Fellini y de cintas como Guerra y Paz, se decidiera a iniciar el rodaje contando con el realizador David Lynch. Fascinado por su anterior trabajo, El hombre elefante, el productor italiano desestimó a Ridley Scott en favor de este peculiar director que por aquel entonces estaba siendo tentado por George Lucas para rodar El retorno del Jedi. La materializació en imágenes de la historia contada en Dune requirió cincuenta millones de dólares y meses de rodaje en un desierto mejicano. La creación de los diferentes ambientes en los que transcurre la acción, lugares como los planetas Arrakis y Caladan, fue supervisada por especialistas como Carlo Rambaldi, autor de E.T., y contó con una espléndida fotografía de Freddie Francis. Pero sin duda lo más llamativo de la versión cinematográfica de Dune es su amplio y ecléctico reparto. Kyle MacLachlan, Francesca Annis, José Ferrer, Sting, Virginia Madsen, Sean Young, Max Von Sydow y Dean Stockwell son algunos de los intérpretes de un relato que arranca con una profecía que anuncia el imminente estallido de una guerra santa. El hijo varón del duque Leto Atreides se revelará como un auténtico mesías que liberará a los habitantes de Arrakis, un planeta desértico que produce una sustancia de la que depende el universo entero, del imperio Harkonen. EL enrevesado argumento de la historia, comparada con la magna obra de Tolkien, propició que se alargara generosamente el metraje para facilitar la comprensión del espectador. Atención a la espléndida banda sonora creada por Toto y Brian Eno.