Llamada al orden

La moda «sensata» de Gianfranco Ferré representó ayer una llamada al orden en la pasarela de moda masculina para el próximo otoño-invierno, en contraste con una jornada llena de propuestas originales cuando no extravagantes. Ferré demostró ayer que el guardarropa del hombre moderno se basa en unas pocas prendas concretas e imprescindibles, unos puntos de referencia en apariencia banales pero que dejan amplio campo a la creatividad. Normalidad, clasicismo y desenvoltura fueron la consigna de una colección pensada en el frío invernal para jóvenes dinámicos pero refinados, que saben lo que quieren y no se andan con rodeos. Con predominio del color blanco, sobre la pasarela se vieron una amplia selección de abrigos y chaquetones con forro de piel, completados con guantes y bufandas en este mismo color. Para las veladas los pantalones oscuros se combinan con corbata negra, un chaleco de piqué blanco y una rebeca en cachemir negro que reemplaza a la clásica chaqueta. El público recibió con agrado esta bocanada de sencillez que contrastaba con lo visto en jornadas anteriores de «Milano Moda Uomo» y a la que pareció unirse la elegancia sencilla de Calvin Klein, con ropa que se adaptaba con naturalidad al cuerpo. Los tejidos utilizados por esta firma son naturales y poco estridentes, pero de calidad, como el cachemir, terciopelo, satén y pelo de camello y con fantasía a la hora de combinar los colores: azul, violeta, marrones y grises. Por su parte, los modelos de Fendi están pensados para gente siempre en movimiento, con abundancia de cazadoras en piel, una de las prendas tradicionales de la marca. Son jóvenes espigados y longuilíneos vestidos en tonos tornasolados y sutiles como el vino, gris y cobre, que enseñan el torso en camisetas y camisas abiertas, combinadas con pantalones ajustados y chaquetillas. La colección mezcla con gran libertad los tejidos tradicionales, como el mohair y el cachemir, con los sintéticos, como el plástico, mientras que el visón queda escondido en los forros de abrigo. Paralelamente, el napolitano Rocco Barocco se inspira en Eduardo VII de Inglaterra para sus elegantes trajes a rayas de sobriedad británica y chaquetas de corte clásico.