Diario de León pone a la venta a partir de mañana el DVD de «Toma el dinero y corre», una comedia protagonizada por Woody Allen que supuso su debut como realizador de largometrajes
Los inicios de un genio
Mucho antes de ser conocido en todo el mundo como director cinematográfico, Woody Allen comenzó su actividad artística escribiendo guiones, gags y monólogos humorísticos, para diversos espectáculos y programas de televisión. Su agudo y neurótico sentido del humor, aderezado con sus particulares obsesiones, es acogido con entusiasmo por el público y se produce el inevitable salto al cine. Tras intervenir como actor en películas como ¿Qué tal Pussycat? o Casino Royale, debuta como realizador con Toma el dinero y corre, una trepidante comedia, en la que también interviene como actor, que nos cuenta en un estilo pseudo-documental las vicisitudes de un personaje llamado Virgil Starkwell. Este título, que se podrá adquirir a partir de mañana con Diario de León a un precio de seis euros, nos muestra la vertiente más festiva de Allen, un autor que años más tarde fue depurando su estilo pero que en un principio cultivaba un humor poblado de gags en el que la trama era un mero hilo conductor entre episodios. En esta ocasión nos muestra las andanzas de un ladrón, obsesionado con los bancos, que visita constantemente la prisión debido a su torpeza. Presentado como un documental sobre su vida, en el que una voz en off nos presenta en una divertida analítica a sus familiares y amigos, Toma el dinero y corre es un brillante ejercicio cómico que no ha perdido su efectividad con el paso de los años. Los fantasmas de la niñez, su desdichada relación con la música, los problemas con las mujeres y sus rémoras morales y educacionales, son los elementos narrativos con los que juega un hombre que hace de su propia cultura objeto de comicidad. Tímido, con un marcado aire judio, obsesionado con el sexo y el psicoanálisis, que se entiende mal con las mujeres y las cosas, Woody Allen ha pasado a la historia del cine por cultivar una filmografía marcada por la independencia creativa y una estudiada intelectualidad. Tras firmar títulos tan conocidos como Bananas, Todo lo que quiso saber sobre el sexo...., o El dormilón, protagonizó junto a Diane Keaton, su musa por aquel entonces, Annie Hall, un película premiada con cuatro Oscar que le consagró ante el público inrenacional. Pese a que la industria fílmica norteamericana no presta demasiada atención a un realizador considerado minoritario en aquellas latitudes, Woody Allen ha podido seguir filmando películas gracias a la fidelidad de un público, mayoritariamente europeo, que espera con impaciencia cada nuevo título. El DVD que sale a la venta a partir de mañana recupera la esencia humorística de un autor comparado con el mismísimo Charlie Chaplin.