El hallazgo de fósiles de una especie de dinosaurio de cuatro alas, desconocido hasta el momento, arroja más indicios de que las aves descienden de esos animales prehistóricos
El eslabón perdido del ave
Unos científicos podrían haber encontrado el eslabón perdido de las aves. El hallazgo de fósiles de una especie de dinosaurio de cuatro alas, desconocido hasta el momento, arroja más indicios de que las aves descienden de esos animales prehistóricos, según un estudio científico publicado ayer Podría tratarse del «eslabón perdido» entre los dinosaurios y las aves, una de las claves más anheladas por los estudiosos de la evolución. Ese dinosaurio vivió en los árboles y «aprendió a deslizarse tomando ventaja a la fuerza de la gravedad, antes de que los pájaros volaran agitando las alas», señala la investigación, divulgada en la revista científica británica Nature. Los fósiles pertenecen a una subespecie de un metro de longitud del dinosaurio «microraptor», que estos investigadores consideran como un pariente cercano de las aves. Ese dinosaurio vivió en China hace 130 millones de años, según el equipo de expertos del Instituto de Paleontología Vertebrada y Paleoantropología de Pekín que ha realizado la investigación. Los seis fósiles hallados aportan evidencias acerca de las características de estos animales desaparecidos, que poseían alas cubiertas de plumas y totalmente desarrolladas en sus extremidades traseras y delanteras. Su cuerpo debía estar cubierto por plumas de unos 25 o 30 milímetros de longitud, mientras que las plumas de las alas debían ser muy similares a las que presentan los pájaros actuales. El estudio sugiere que las plumas de las extremidades delanteras y las patas sería lo que permitía al dinosaurio deslizarse entre los árboles de forma similar a la de los murciélagos. La conclusión extraída por estos expertos chinos es que hubo una etapa intermedia entre los dinosaurios que poblaban la tierra y no tenían capacidad de volar, y los primeros animales que aprendieron a volar. Los dinosaurios aparecieron en la Tierra hace 200 millones de años, en el primer Jurásico, y se perpetuaron y evolucionaron con éxito hasta el Cretácico, para desaparecer hace 65 millones de años, al menos las especies de mayor tamaño.