La Iglesia española rechaza el aborto de la pequeña nicaragüense violada

«Hay que evitar la muerte de un ser humano, aunque sean por motivos de piedad o de commiseración». Así justificó el portavoz de los obispos, Juan José Asenjo, la postura de la Iglesia para rechazar el aborto de la niña nicaragüense de nueve años embarazada tras ser violada mientras recolectaba café en Costa Rica. A la niña podrían practicarle un aborto en una clínica privada de Nicaragua, adonde fue trasladada con 15 semanas de gestación y con un embarazo de «alto riesgo», o sacarla del país para salvarla, según las opciones que barajaban ayer sus padres. No obstante, la vida de la pequeña Rosa corre peligro tanto si continúa con el embarazo como si se le practica un aborto, advirtió una junta médica que examinó a la menor en este país centroamericano. La posición de los padres es apoyada por la organización feminista Red de Mujeres contra la violencia, que considera que el aborto es la única salida para preservar su vida. No obstante, la Red informó de que si les resulta difícil practicarle un aborto terapéutico en Nicaragua, la niña saldría del país con sus padres, sin especificar a dónde. «Los padres están en toda la disposición de salvar la vida de su hija a cualquier coste, y si se van a tener que trasladar y resolver esto en el extranjero. El abogado de los padres de la niña, el doctor Sergio García Quintero, confirmó que el miércoles los padres y la niña acudieron al Hospital Alejandro Dávila en busca de atención médica, porque, según explicó, habían arreglado todo lo concerniente a su ingreso. Sin embargo, la menor no fue atendida. «Prácticamente se le cerraron las puertas», criticó García Quintero, quien destacó que Rosa presentó vómitos y una enorme lividez. No obstante, el portavoz del Ejército, Alvaro Ibarra, contradijo esta afirmación al señalar que no existen registros en ese hospital que indiquen que la niña fue conducida al centro asistencial en busca de atención médica, y que, por lo tanto, no pudo ser rechazada. Sin embargo, extraoficialmente se conoció que los representantes de la niña incluso habían pagado todo lo relacionado con la estancia de Rosa en ese centro médico, pero, posteriormente, fue rechazado su ingreso sin ninguna explicación. El rechazo de la niña en ese hospital incluso fue denunciado por la Red de Mujeres en la Procuraduría de los Derechos Humanos. Mientras tanto, una comisión médica de las organizaciones afines a la Red garantizaba la atención básica de salud a la niña y sobre todo la atención psicológica requerida. De momento, sólo se ha recibido el ofrecimiento de centros médicos en el extranjero.