La boda fantasma

Entre la boda secreta y fantasma de don Curro, el Romero y no el reportero, y doña Carme Tello; la rasta de Beth, que ganó la operación del Triunfo; la vuelta de Frade al ruedo de Norma Duval y los escarceos amorosos del padre de Jezulín, se llena la semana de noticias en las revistas que laten. Si empezamos por la revista que saluda es así de sencillo: boda, amor y triunfo, amén de un nuevo vástago en la familia real belga. La boda, por fin la boda de Curro, el «espantao», 67 del ala, genio él de la figura del toreo, un tanto incomprendido por algunos. Con razón o sin ella, la boda fue otra fantasmada del torero. Secreta. Con la duquesa de Alba y algunos familiares. Con Javier Arenas, el ministro, que fue testigo del novio. Amistades de la pareja. Íntima, pero se enteró toda España por activa, por pasiva y por la prensa. Además, por la tele, por las revistas latentes y las crónicas de toros. Ella, Carmen Tello, sin saber muy bien su edad, también fue a la boda. Era la novia. Vestidita de azul brillante, demostraba su alegría. La cosa estuvo muy fea por una discusión de enamorados. «Nos casamos», dijeron primero. «No nos casamos», dijeron después. «Pero nos queremos», rebotaron más tarde. Y así un día tras otro. Parecía anunciarse otra crisis nacional por el asunto de la boda del torero. Pero Operación Triunfo consiguió diluir el desastre y, al final, pudo el amor. Así hala, a casarse como dios manda y dejar de marear a las perdices porque si no, no hay forma de comerlas para ser felices. Ooolé. Bien es verdad que todo este asunto no tenía demasiado preocupado a nuestro amigo Guzmán, que sigue empeñado en conseguir la playa del Bernesga y se pasa el día vigilando las obras que avanzan, pero sin palmeras. A él los toros sólo le gustan con zanahorias y cebollas, bien guisados. Pero tenmos a la rasta Beth, que llora y cantará en Eurovisión. Es toda una noticia que casi nadie sabía y así se ha quedado tranquilo más de uno. En vez de una vasca, que fue la que ganó el concurso, será una catalana la que represente a todos, incluidos los de León, claro, hasta los de la provincia. Los enamorados eran los duques de Lugo, que compartieron San Valentín con el frío de Niu York, donde cae que se las pela. El resto, si exceptuamos al incombustible padre de Jezulín, que liga mucho, casi tanto como Estefanía, la princesa que trabaja y que siempre está de vacaciones; o Norma Duval y Frade que están juntos otra vez si es que se habían separado antes; o bien, después de separarse se han vuelto a juntar; o bien, sólo son buenos amigos y están juntos sólo los martes por la tarde, el caso es que estuvieron juntos y ahí están las fotos en todas las revistas, incluida la semanal que es la que las saca más grandes y a ella, a Norma, pletórica con un abrigo de pieles de las buenas. Del resto, como bien decía, ni hablamos, porque Ana Obregón no tiene tiempo para enamorarse, con lo que nos perdemos otro numerito; o las bailarinas de Crónicas marcianas, que quieren hacer un conjunto musicovocal; o Desy, la gallega, que sale en la interviú sin edredón, nadie tiene novio. Porque que lo tenga Estefanía no es noticia y que sea su ex cuñado Philippe Junot tampoco mucho, al menos de momento. Así que no hay manera de pensar en nada. Y como no se puede pensar porque no tenemos playa, lo mejor es ir de vinos, del Bierzo o prieto picudos. Con tapas, eso es impepinable.