UN DIFICIL PROCESO

Objetivo. «Recordar para siempre de manera conmovedora lo que ocurrió el 11 de septiembre; rehacerla como un centro mundial para la cultura y el comercio e integrarla en la revitalización del Bajo Manhattan», señaló el alcalde neoyorquino en su discurso. Símbolo de resistencia. El proyecto elegido, favorito de Bloomberg y Pataki frente al del grupo Think, liderado por el uruguayo Rafael Viñoly, mantiene al descubierto los muros que rodean la «zona cero», «como un símbolo de la resistencia de la democracia de EE.UU. y de la libertad frente a los ataques del 11 de septiembre», según Libeskind. Zonas de recuerdo. En el interior, convertido en un espacio público a nueve metros por debajo del nivel de la calle y al que se accede por diversas rampas, se reservan dos zonas sobre las que se asentaban las Torres Gemelas para futuros en monumentos -aún por diseñar- en recuerdo de las víctimas de los ataques. También se incluye un Museo dedicado a los trágicos hechos del 11 de septiembre y otros edificios para actividades culturales, empresariales y comerciales.