El receptor, colocado en Australia, fotografiará el universo que está a más de un millón de kilómetros
Europa abre su puerta al espacio profundo con una antena gigante
La Agencia Espacial Europea (ESA) abrió ayer su «primera puerta» al espacio profundo, más allá de un millón de kilómetros, con la inauguración
«Hay muchas cuestiones de las que no conocemos las respuestas», añadió Southwood, visiblemente emocionado por la apertura de la «primera puerta» europea al espacio profundo, al tiempo que se mostró seguro de que gracias a esta antena los europeos «podremos conocer algunas respuestas». «Hay que intentar ser humilde, al tiempo que se intenta descubrir los secretos de universo», apostilló, por su parte, el prior del monasterio de New Norcia, Placide Spearrit, antiguo propietario de los terrenos en los que se ha instalado la antena. Bendición de las instalaciones Spearrit, que bendijo las instalaciones, dio «gracias a Dios por habernos dado la capacidad de pensar y descubrir lo que hay en el universo», al tiempo que mostró su esperanza de que New Norcia, una pequeña localidad de apenas 120 habitantes, que fue fundada en el siglo XIX por monjes benedictinos españoles, «sea una comunidad cada vez más estrecha entre europeos y aborígenes». New Norcia, cuya vida está dominada por el monasterio y vivió su momento de gloria hasta mediados del siglo pasado con sus escuelas de educación para niños aborígenes, se va a beneficiar del trasiego de científicos y de la inauguración de un museo de la ciencia. La vida en New Norcia, único vestigio de arquitectura colonial española en Australia, gira en torno a la actividad de sus 19 monjes, de los cuales ya sólo quedan tres españoles, de edades muy avanzadas (94, 92 y 89 años). Por ello, la llegada de una antena gigante, de color tan inmaculadamente blanco como sus hábitos, llena de esperanza a los monjes por la segunda oportunidad que la historia brinda a su pequeño pueblo en mitad de la nada. Para la ESA, la antena de New Norcia supone «la entrada en una nueva era para la carrera espacial europea, pues es el primer paso en el camino de nuestra autonomía frente a los estadounidenses en las misiones al espacio profundo», manifestó a Efe el representante de la ESA en España, Valeriano Claros, considerado como uno de los «padres» de este proyecto espacial. Con sus 600 toneladas de peso, unos 40 metros de altura y 35 metros de diámetro, la antena de New Norcia es, por ahora, la joya de la corona de estaciones de control y seguimiento de satélites de órbita geoestacionaria de la ESA, que cuenta con una red propia de cinco instalaciones en Kiruma (Suecia), Redu (Suiza), Kuru (Guayana francesa) y Villafranca y Maspalomas (España).