Un estudio británico establece que las parejas tienen más posibilidades de concebir un niño en otoño, mientras que quienes quieran niñas deben intentarlo en primavera
El sexo según la estación
Las parejas tienen más posibilidades de concebir un niño en otoño, mientras qu
El trabajo, llevado a cabo por un grupo de científicos de la Universidad de Módena (Italia) sostiene que los varones, por un mecanismo de compensación de la naturaleza, tienen más posibilidades de ser alumbrados durante los meses más cálidos, una circunstancia que les da una mayor probabilidad de supervivencia. «Los niveles de concepción más bajos se sitúan entre marzo y mayo y los mas altos entre septiembre y noviembre. Lo increíble es la diferencia que hay entre sexos», explica el doctor Angelo Cagnacci, director del estudio. En opinión de Cagnacci, «el número de chicos concebidos en los meses favorables para el embarazo es mucho más alto que el de chicas, mientras que ellas quedan por encima en los meses menos favorables». Este fenómeno, asegura el experto de Módena, se debe a que «la naturaleza admite que los fetos y recién nacidos masculinos son mas vulnerables que las mujeres, entiende la concepción como una carrera de obstáculos e intenta dar a los chicos una cierta ventaja». La situación más favorable para que una mujer se quede embarazada son los días que tienen doce horas de luz solar y en los que la temperatura ambiental es de doce grados centígrados, por lo que la posibilidad de concebir varía según la latitud. Esta investigación se basó en el análisis de 14.310 nacimientos ocurridos entre 1995 y 2000, toda vez que los científicos calcularon el momento exacto de la concepción de cada uno de estos bebes a partir del último periodo menstrual y de una revisión ginecológica. De cada mil nacimientos cuya concepción se produjo entre septiembre y noviembre, 535 fueron del sexo masculino y 465 fueron del femenino. Al margen de las conclusiones del estudio, Angelo Cagnacci puntualiza que existen más teorías y otros factores que también influyen en el sexo del recién nacido, como el hecho de que los padres sean fumadores o el grado de contaminación medioambiental de un lugar.