Diario de León

Estudia permitir la investigación con células madre

El Gobierno acepta el uso científico de embriones sobrantes

El Gobierno ha decidido abrir la puerta, con cautela, al posible uso científico de los embriones excedentarios de reproducciones asistidas. Los ministerios de Ciencia y Tecnología y de Sanidad

Laboratorio de la sección de reproducción asistida de la Clínica San Francisco

Laboratorio de la sección de reproducción asistida de la Clínica San Francisco

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Arantxa Prádanos - MADRID.
León

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El titular de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, ofreció este viernes una primera pista. Tras el Consejo de Ministros, ratificó la intención del Ejecutivo de «desarrollar al máximo» las líneas de investigación asociadas a las potentes células madre o troncales procedentes de embriones humanos. Respetando siempre -dijo- los «límites éticos y científicos» que se imponen en el resbaladizo terreno de la bioingeniería y la reproducción humana. Tras las cautas palabras de Piqué se esconde la voluntad del Ejecutivo de atender, por fin, el clamor científico y social a favor de la apertura legal a vías de investigación muy prometedoras en el campo de la biomedicina; entre ellas las de posibles remedios para males ahora incurables, como parkinson, Alzheimer, diabetes, o regeneración de órganos daños. Este martes, José María Aznar recibió, junto a Piqué y a la ministra de Sanidad, Ana Pastor, a César Nombela, presidente del Comité Asesor de Ética del Ministerio de Ciencia y Tecnología que hace un mes avaló el uso de embriones congelados sobrantes como fuente de células madre para investigaciones con fines terapéuticos. Los científicos piden cambios El Comité, como hiciera dos años antes la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, recomendó un cambio normativo para cubrir el vacío legal que frena en la actualidad el aprovechamiento científico de embriones que no van a ser implantados. Según fuentes del Ministerio de Piqué, los dos departamentos implicados buscan ahora la redacción más conveniente para determinar el futuro de los embriones de más de cinco años. En la actualidad, la Ley de Reproducción Asistida fija ese límite temporal para su aprovechamiento en fecundaciones in vitro. A partir de ese momento -explica la norma- no existen garantías médicas ni científicas de que sean viables para generar un feto y se prohíbe, por tanto su implantación, aunque no aclara qué hacer con ellos pasado ese lustro. Merced a ese vacío legal, unos 40.000 embriones duermen bajo cero, olvidados de sus ''padres'' en los tanques de crioconservación de las clínicas especializadas, sin más opción que la destrucción o su uso en experimentos controlados con fines terapéuticos, como reclama la inmensa mayoría de los científicos españoles. Se trataría, pues, de cubrir ese vacío y especificar el destino de los embriones de más de cinco años.

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