La noche se echó encima del acto procesional.
La emoción se hizo palpable con la cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno.
Un momento del recorrido en medio de la noche.
Los papones se confunden con la oscuridad de la noche.
La talla que procesionó la cofracía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno data del siglo XVII.
Las estrechas calles de León fueron testigos, un año más, de la pasión con la que se vive la Semana Santa leonesa.
El paso de la Caída de Jesús Camino al Calvario, de Benavides de Órbigo, ayer frente a San Isidoro.
A pesar de la lluvia, salió la procesión.
La peculariedad de esta procesión es que la cofradía suele sacar pasos de las localidades de la provincia.
San Isidoro, uno de los principales monumentos de la capital leonesa, destaca entre la procesión por su espectacular iluminación.
La cofradía del Santo Sepulcro esperanza de Vida, es una de las más pequeñas, pero no por ello menos interesante de la Semana Santa leonesa.
La sencillez y sobriedad de sus pasos hacen que el habiente se cubra de un profundo sentimiento.
Esta procesíón tampoco se escapó de la amenaza de lluvia.
Los momentos previos de la salida van acompañados de una gran concentración por parte de los papones.
Momento en el que el Cristo crucificado pasa por la plaza del Grano.
El fuego es un elemento muy importante en la procesión del vía Crucis.
Los plasticos, para proteger a los pasos de la lluvia, empañaron el acto procesional.
Esta procesión fue organizada por la cofradía de Nuestro Señor de Redención.
La procesión de la Virgen de la Esperanza, de Astorga, salió entre paraguas.
Unas 70 braceras de la cofradía Damas de la Virgen de la Piedad procesionaron a su imagen en la ciudad maragata.
Virgen de los Dolores de la iglesia de San Bartolomé en Astorga.