Pide el divorcio porque su mujer cronometra la duración de sus relaciones sexuales

Un hombre israelí ha solicitado el divorcio porque se siente humillado por la costumbre de su esposa de cronometrar la duración de sus relaciones íntimas conyugales. El ciudadano, residente en la norteña ciudad de Haifa, afirmó ante los jueces, que dictarán sentencia, que su mujer pone en funcionamiento el cronómetro cuando comienza el acto y lo detiene cuando termina. Agregó que semejante medición le resulta «profundamente humillante» porque no tiene otro propósito que demostrarle que, en la mayoría de los casos, no consigue un rendimiento satisfactorio. El demandante, padre de dos hijos, insistió en que no puede seguir más al lado de su esposa y pidió que no se tengan en consideración los argumentos que ella ha presentado en contra del divorcio en razón de «la paz del hogar». Esa figura jurídica tiene mucho peso ante los tribunales rabínicos, que siempre llaman a los cónyuges mal avenidos a hacer un último intento para restablecer una convivencia armónica. «Esa simple medición, con independencia de la duración del acto, es en sí misma una degradación», sostuvo ante el tribunal Mijal Shaked, la abogada que defiende al demandante.