Miembros de la Guardia Civil inspecionan el lugar del atentado. Los restos de los cuerpos de los dos agentes asesinados están tapados por una sábana.
El presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz (izquierda), acompañado por el delegado del Gobierno de esta comunidad, José Carlos Iribas (derecha), fueron las primeras autoridades forales desplazadas al lugar del atentado.
Los dos policías nacionales se vieron sorprendidos por la explosión de una bomba lapa adosada a su vehículo.
La explosión fue de tal intensidad que algunos restos mortales de los agentes asesinados aparecieron el tejado de una casa de la plaza de Santo Domingo, en Sangüesa, donde se produjo el atentado.
Dos operarios retiran los restos de los compañeros asesinados por la banda terrorista ETA en la localidad navarra de Sangüesa.