España estudia aliarse al «club católico» para rebajar la directiva sobre trasplantes de células
Italia e Irlanda piden que la UE prohíba la clonación terapéutica Cifras Claves Nacido para la investigación
Los Quince debaten sobre la posibilidad de aplicar células madre sólo con fines curativos
La Unión Europea (UE) volverá a enfrentarse esta semana a un delicado debate en torno a la clonación humana con fines curativos, al que los Quince acuden con las posiciones muy divididas. Los países de mayor tradición católica, Italia e Irlanda, han lanzado una cruzada, en la que esperan embarcar también a España, para que la nueva directiva sobre trasplantes de células y tejidos humanos sirva de excusa para prohibir clara y explícitamente cualquier tipo de clonación. La polémica está servida. Países de sensibilidad calvinista, católica, ortodoxa, anglicana o laica, con gobiernos conservadores, los unos, y progresistas, los otros, deben ponerse de acuerdo en torno a un texto normativo con mucha sustancia moralista. En medio de tanto marasmo, hay un pequeño Estado europeo que no tiene sillón en los Consejos de Ministros, pero que va a tratar de llevarse el gato al agua: el Vaticano. Los ministros europeos de Sanidad se reunirán este lunes en Luxemburgo para discutir un texto legal que hace referencia al establecimiento de normas de calidad y de seguridad para la donación, obtención y almacenamiento de células y tejidos humanos. A priori, nada que ver la clonación, aunque sin duda será una cuestión de fondo. Dublín y Roma insisten en suscitar este debate. Y hacen suya la posición adoptada por la Eurocámara, que el pasado mes de abril se pronunció a favor de prohibir cualquier clonación humana, ya sea con fines reproductivos, terapéuticos o simplemente en beneficio de la investigación, una decisión que fue acogida con