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EL PULSO Y LA CRUZ

De cruces, vidrieras y pinturas

Publicado por
ANTONIO TROBAJO
León

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Llegan estas fechas en las que hay que hacer la Declaración de la Renta y llega, nuevamente, la ocasión para demostrar, con el barómetro de la pecunia, nuestra pertenencia consciente y seria a la Iglesia o nuestro reconocimiento del valor social que tiene su presencia en nuestra historia contemporánea. Es la hora de la cruz de la asignación tributaria en el impreso de la declaración o en las orientaciones directas para quien nos las gestione. Recuerden que es la forma que tenemos de indicar que queremos que una parte mínima de nuestra cotización a Hacienda paseo a la Iglesia Católica. «La Iglesia se sostiene, dice la propaganda de esta campaña, con la participación de todos los católicos». Poner la cruz en el recuadro destinado al sostenimiento de la Iglesia Católica es un «gesto no te cuesta nada», no es un impuesto más. Las Aportaciones van destinadas a sostener las cercad de 25.000 parroquias, a retribuir a 23.000 sacerdotes, a apoyar a las instituciones sociales de la iglesia y a colaborar en la evangelización y desarrollo del Tercer Mundo. NO se olvide, en último término, que asignar a la Iglesia el 0,52% de nuestros impuestos es una muestra de confianza, «para que la Iglesia pueda seguir transmitiendo los valores de la vida y el amor». Y no se tome este gesto como una especie de referéndum; hay muchos factores que falsean los datos, entre otros la ausencia de muchos ciudadanos que no están obligados a hacer la declaración y la dejación de la declaración en manos de gestorías o entidades bancarias, sin indicarles expresamente la voluntad acerca de la cruz de la asignación tributaria. En fin, a lo que íbamos: que no descuiden poner la cruz en su sitio. Y el pulso de cristianos. Que bueno es que vayan acompasados. Más madera a la maquinaria de nuestra fe en medio del tiempo. Primero, algunas cosas de atrás, que no conviene que se nos pasen en blanco. Parece que pueden ir por buen camino, de forma inmediata, los compromisos de la Junta de Castilla y León con la Catedral leonesa, en concreto con la restauración de las vidrieras. En abril se firmó un convenio por el que se dotaba a un Taller de Vitrales, que dirigirá el maestro García Zurdo, con 300.000 euros para dos años. El taller funcionará en los bajos, habilitados tiempo atrás con ese fin, del Seminario Mayor. En otro taller, en este caso de Matarrosa y Villamartín del Sil, se ha elaborado una nueva revista de Pastoral Juvenil, llamada «El Riarco», nombre tomado de una fuente emblemática de la zona. Tiene la revista vocación de ser bimestral, con ocho páginas muy ágiles, adecuadas para los destinatarios, adolescentes y jóvenes de aquella comarca. Duración, éxito de divulgación y eficacia evangelizadora es lo que deseamos al equipo de redacción y al párroco Juan Antonio Tesón, que está detrás. Detrás está Cáritas de León; detrás de un lugar de encuentro multicultural, especial para emigrantes y otra gente sin techo; el que desde hace meses funciona en la calle Plegarias; y de un piso de acogida para presos, españoles o inmigrantes, que, aunque se benefician de permisos carcelarios, no tienen sin embargo un lugar en el que recogerse, por su desarraigo familiar y social; el piso es apto para seis personas y está aún en período de experimentación, ya que comenzó la experiencia a primeros del mes de abril. Utilidad, suerte y perseverancia deseamos a ambos intentos. Vayamos ahora a cosas del presente: Boquiabiertos de admiración y regusto nos ha dejado la noticia de que, con motivo de las obras de restauración de Santiago de Peñalba, han aparecido unos murales de pintura de la época de la construcción del templo, es decir, de la etapa prerrománica, con inspiración mozárabe que se recrea en motivos florales y geométicos, además de otras posteriores. El edificio ya era una maravilla; a partir de ahora lo será mucho más. Algo parecido hay que decir del monasterio de Santa María de Sandoval. Las preocupaciones de los lugareños, los trabajos del grupo Pro-monumenta y la obra de restauración financiada por la Junta permiten que hoy mismo, con presidencia del Abad mitrado de San Pedro de Cardeña, se recupere el culto monacal (no el ordinario, porque el templo ha servido de parroquia a la gente de Villaverde) tras 168 años de silencio. Bienvenido sea.