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La Guardia Civil ha precintado la zona y se ha prohibido la navegación y la pesca en el pantano

Inician la búsqueda de cocodrilos en aguas del embalse de Valmayor

Los expertos creen que alguien ha soltado a sus «mascotas» en las aguas madrileñas

Imagen de archivo del embalse de Valmayor, donde varios testigos han visto dos cocodrilos

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r.s. | madrid
León

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Dos cocodrilos, como mínimo, bucean a sus anchas por las aguas del embalse de Valmayor (Madrid). Pocos, muy pocos, son los que los han visto, pero parece que hay pruebas irrefutables de que las apacibles aguas de Valmayor, días atrás surcadas por aficionados a los deportes de vela, ahora están recorridas por animales de dos metros. Como son tímidos y evitan a la especie humana, se baraja la posibilidad de poner cebaderos para que salgan a la superficie. Desde el pasado martes, la policía local y trabajadores de la Consejería de Medio Ambiente otean el paisaje a la búsqueda de los cocodrilos, que hasta ahora se mostrado muy esquivos. La Guardia Civil, en previsión de posibles percances, han precintado la zona y prohibido la navegación y la pesca. Como pasaban los días y los cocodrilos no aparecían, los vecinos de Galapagar y Colmenarejo no se apeaban de su incredulidad. Pero el naturalista Luis Miguel Domínguez, director del Exotarium de Titulcia, alega que se ha encontrado el lugar en tierra donde han reposado los animales. Frente a los que arguyen que las aguas de Valmayor no son las más idóneas para que se desarrollen criaturas tan exóticas, Domínguez persevera en que el «embalse tiene unas características muy interesantes para que prospere la especie». Cómo han ido a parar al pantano mesetario los ejemplares de cocodrilos es una incógnita. Se sospecha que alguien poco escrupuloso los puede haber soltado al agua, persuadido de que no puede mantener en casa a los emidosaurios que pesan entre 150 y 200 kilos. «Lo relevante es que los avistamientos siempre han sido en el mismo lugar. Poco a poco vamos desbrozando un entorno que es muy grande. Primero tenemos que discriminar y descartar mucho kilometraje de este embalse, que es el tercero más grande de la Comunidad de Madrid», argumenta el naturalista. Si los reptiles no dan la cara pronto se las tendrán que ver con una expedición en toda regla. «Por de pronto, una de las posibilidades que tenemos es observar la zona con prismáticos, bien desde tierra, bien desde una embarcación», sostiene el biólogo. Si aún así los animales se muestran reacios a la amistad del hombre, «tendremos que poner cebaderos con carne de animales muertos».

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