La última | Entre caldos
El nombre ciego del vino
La cata organizada ayer por la Asociación de Sumilleres dejó patente la calidad y futuro de los vinos Tierra de León, afanados desde hace tiempo por conseguir la denominación de origen para sus caldos, que muchos de sus responsables aventuran para el final del próximo mes de julio. Dentro de las especies de degustadores del vino, los sumilleres se han abierto hueco por su profesionalidad y función dentro de la hostelería. Esta figura acompaña hoy día los servicios rurtinarios de los restaurantes para apuntar una nota de calidad, con la consulta de un experto que aconseja a los comensales sobre el caldo que mejor acompaña las viandas elegidas para el convite. «No todos los catadores son sumilleres, pero todos los sumilleres son catadores», apuntan a coro los representantes de la Asociación de Sumillres de León, que ya suma más de medio centenar de integrantes. Con el pretexto del exámen de los vinos Tierra de León a ciegas, sin visión ninguna de la etiqueta que acompañaba al caldo, Pablo Martín, presidente de los sumilleres de la comunidad autónoma y encargado de dirigir la cata, aumentó un punto más los méritos de esta zona y contribuyó a desmitificar otras denominaciones. El sumiller del mesón «Casa Cándido» de Segovia aseguró que los caldos tierras de León «pueden mirar a la cara en cualquier momento a los Ribera del Duero y no coger complejo ninguno dado que cada uno debe potenciar sus peculiaridades». No fue ninguna concesión a la galería después de la cata de los seis rosados y otros tantos tintos de la zona que pudieron disfrutar los invitados. Desde el componete visual, hasta el degustativo, tras pasar por la fase olfativa, los caldos Tierra de León demostraron que, aún con mucho trabajo por delante, su trabajo debe verse recompensado en un futuro inmediato. La denominación de origen será el primer paso. A finales del próximo mes de julio se podría conseguir la denominación Los sumilleres refrendaron con su criterio la calidad de los caldos de la zona