La hija de Gordón Ordás dice que su padre era «leonés a carta cabal»

Con lágrimas en los ojos y la voz empañada por la emoción, Brunilda Gordón, de 91 años, recibía ayer el pergamino que restituye a su padre como presidente de honor del Colegio de Veterinarios. Fue un acto sencillo, en la sede del Colegio Oficial de Veterinarios, situada en el número uno de Alcalde Miguel Castaño, a pocos metros de la casa donde nació el político republicano. Los familiares del ilustre político y veterinario ocupaban las primeras filas. Entre ellos, sus dos hijas, Brunilda y Ofelia, dos nietas y la viuda de Sigfrido, único hijo varón de Gordón Ordás. De manera improvisada, el ex rector Miguel Cordero del Campillo glosó la figura de Gordón Ordás, recordando que hace treinta años se embarcó, precisamente, en la empresa de llevar a cabo una biografía de alguien que «estaba técnicamente en el bando contrario, puesto que yo me había criado en un cuartel de la Guardia Civil». Cordero del Campillo afirmó que «ya era hora de recuperar» la figura de un hombre cuya aportación a la Veterinaria es «indiscutible». «Fue un visionario, con una gran formación enciclopédica», de ahí, según Cordero del Campillo, los nombres «wagnerianos» de sus tres hijos (Brunilda, Ofelia y Sigfrido). En nombre de todos los leoneses, Cordero del Campillo dio la «bienvenida al hogar» a los restos de Félix Gordón Ordás, cuyas cenizas serán aventadas hoy en León por su familia, tras regresar desde México. Su hija Brunilda afirmó que su padre fue «un leonés a carta cabal».