Denuncian la concentración mediática realizada por el primer ministro
Los periodistas italianos plantan cara a Berlusconi con una huelga
El colectivo considera que el derecho a la información se encuentra en peligro
Los periodistas italianos llevaron a cabo ayer una huelga convocada por el principal sindicato del sector, la Federación Nacional de la Prensa (FNSI), en defensa de la libertad y la independencia de información y contra la concentración de medios de comunicación en manos del primer ministro, Silvio Berlusconi. El paro se desarrolla en dos jornadas y afecta hoy a los periodistas de prensa escrita y de las agencias de noticias, mientras que el próximo día 18 de junio será el turno de los informadores de radio y televisión. La movilización pretende ser «en defensa de la independencia y de la libertad de la información» y llamar la atención sobre el hecho de que en Italia «se encuentra en peligro el derecho constitucional de los ciudadanos a ser informados», según el secretario general del FNSI, Paolo Serventi Longhi. La FNSI considera este derecho amenazado por el monopolio informativo de Berlusconi, propietario de tres cadenas televisivas privadas (la red Mediaset) y que desde su cargo de Jefe de Gobierno ejerce el control de la radiotelevisión pública RAI. También le acusan de ejercer una poderosa influencia en los medios de comunicación a través de sus empresas -entre ellas la principal publicitaria del país, Publitalia- con numerosos casos denunciados de «depuración» de informadores críticos con su figura. Uno de los más sonados fue el pasado año el del periodista Michele Santoro, responsable de un programa de debate de gran audiencia en la RAI que desapareció de antena debido a sus críticas al primer ministro, como le sucedió al veterano comentarista Enzo Biagi y al cómico Daniele Luttazi. La huelga de ayer se produjo pocos días después de un polémico cambio en la dirección del Corriere della Sera , el principal diario italiano, con una tirada de 700.000 ejemplares. Su antiguo responsable, Ferruccio De Bortoli, dimitió a finales del mayo tras seis años al frente del rotativo milanés por supuestas presiones del Gobierno tras la oposición del diario al apoyo de Italia a la guerra de Irak y una cobertura crítica de los procesos judiciales que afectan a Berlusconi. La sustitución de De Bortoli motivó una huelga de sus trabajadores y el rotativo no salió a la calle el pasado día 1 de junio. Otro motivo de tensión fue la propuesta en mayo de la mayoría conservadora de castigar con hasta tres años de cárcel a los periodistas condenados por difamación, en vez de una simple multa.