Un maestro en el recuerdo

Pocos compositores son objeto de homenajes y muestras de cariño tan sinceras y continuadas como el maestro de Terroso Ángel Barja, quien además de contar con un Memorial que lleva ya diecisiete ediciones ininterrumpidas celebrándose en su honor, son numerosos los coros, auditorios, conservatorios y aulas que llevan su nombre tanto en León como fuera de aquí. Ayer, una vez más, organizado por la Escuela de Música, Danza y Artes Escénicas de León, el Auditorio Ciudad de León albergó la actuación de 19 grupos corales que aglutinaron varios cientos de voces blancas, acompañados por la orquesta del Conservatorio bajo la dirección de Jesús Méndez, para recordar la obra del magnífico compositor interpretando ocho canciones tradicionales de Galicia, León, Asturias y Argentina . Niños en edades comprendidas entre los seis y los catorce años fueron cubriendo el fondo norte del escenario del Auditorio hasta completar un denso mural en el que la ilusión de unir sus voces con las de sus compañeros de afición fue para ellos tan importante como el de encontrarse cantando un año más en un escenario de lujo como es el del Auditorio. Además, al finalizar el acto, la viuda del compositor recibió una placa por parte de los organizadores. La capacidad del recinto volvió a quedarse pequeña para acoger al numeroso público que acudió a escuchar a estos jóvenes cantores, futura cantera de la que se nutrirán nuestros coros de los próximos años. Algo encomiable siempre que vaya acompañado del ejemplo de los mismos profesores acudiendo a las actuaciones del Auditorio a lo largo del año, porque se cuentan con los dedos de una mano y sobran muchos, las veces que se les ve el pelo por ese santuario de la corchea. Algo semejante a lo que sucede con los alumnos, que además de tener gratis las entradas a la mayoría de los conciertos, los pocos que asisten no saben estar porque no se les ha enseñado a ello. Actuaciones como la de ayer noche son para enorgullecer a profesores, alumnos, padres y a cualquier institución organizadora con un mínimo de sensibilidad por la música pero si sólo queda en una gran concentración músico-coral un determinado día del año, flaco favor estamos haciendo a nuestros hijos que sólo conocen de la música lo que estudian en las aulas o lo que oyen en los coros, olvidando que hay otras formas de música que tienen lugar a lo largo del curso, pero que por su inasistencia y la falta de acicate de los propios profesores, desconocen. Ayer noche el esfuerzo, las ilusiones y el trabajo de todo un año tuvieron su recompensa y reconocimiento público, y fuimos testigos de un acontecimiento importante y necesario, reflejo de la preponderancia que la música coral ha tenido y tiene desde siempre en León y provincia, por eso hay que mimarla, cuidarla y potenciarla, pero a todos los niveles.