Fernando León sienta cátedra

Ha ganado la Concha de Oro, un puñado de premios Goya y sus tres películas han convencido al público y a la crítica, pero Fernando León de Aranoa, camiseta y vaqueros, cabellos largos y libreta en mano, parecía ayer un alumno más de la Escuela de Cine de Ponferrada. Quizá porque a pesar de ser uno de los tres o cuatro directores españoles de cine que no tiene problemas para elegir la historia que quiere rodar todavía se le confunde con un estudiante, el realizador de Los lunes al sol aseguró que llegaba al primer centro universitario de enseñanzas cinematográficas del país con la intención de aprender de los futuros cineastas, tanto como de enseñar las claves de su trabajo. Y esas claves pasan, insistió, por el entusiasmo que genera el deseo de contar una historia y el empeño en el momento de defenderla ante un productor. «Soy muy cabezón», admitió antes de insistir en que para triunfar en el cine hace falta más motivación que conocimientos técnicos. Como Amenábar y Trueba, que ya ha visitado la Escuela de Cine, Aranoa esperaba sacar algo positivo del contacto con los alumnos que mañana buscarán un hueco en la industria. «Me gustaría que más que un monólogo o una conferencia, fuera un conversación y un intercambio de experiencias», fue de lo primero que dijo, después de aguardar pacientemente a que la prensa situara cámaras y micrófonos en el aula magna del campus del Bierzo y de advertir a un redactor de que su grabadora se había parado antes de que empezara a hablar. Aranoa, con el característico hablar atropellado de quién quiere decir más cosas de las que el lenguaje permite en una frase, anunció que ya está trabajando en el guión de su nueva película, a pesar de que la carrera comercial de Los lunes al sol todavía no ha concluido y después de su estreno en Francia e Italia, se proyectará próximamente en Estados Unidos. El director no desveló el argumento de su cuarta película de ficción, pero el aficionado a su cine reconocerá en ella el estilo que distingue al realizador de Barrio y Familia . «No me gustan las etiquetas porque acaban por encasillarse, más que cien social, lo que me interesan son los personajes y las historias. Si la nueva película tiene algo que ver con las otras es porque es muy de personajes», aseguró. Aranoa se refirió al problema estructural que impide despegar definitivamente al cine español. «Se ha hablado de que faltan guionistas, pero yo conozco mucha gente con muy buenas ideas, quizá sea más una cuestión de producción», especuló en referencia a la falta de inversores que arriesguen su dinero en rodar una historia. «Lo que está claro es que sería estúpido pretender competir con el cine americano». Al director sólo se le notó incomodo cuando salió a relucir el fantasma de las listas negras en represalia por el apoyo masivo de los cineastas a la campaña del No a la Guerra. «No hacen falta listas, porque somos muy pocos, pero si las hubiera sería inadmisible».