Tras el fracaso, EE?UU?proseguirá su demanda ante la Organizaicón Mundial del Comercio
La?UE?mantiene?la?restricción?a la entrada de productos transgénicos
Asociaciones a favor del medio ambiente se oponen a los alimentos modificados
Las conversaciones entre EE?UU y la Unión Europea (UE) para llegar a un acuerdo sobre la entrada de alimentos transgénicos en Europa terminaron ayer sin acuerdo, con lo que Washington anunció que continuará su demanda en la Organización Mundial del Comercio (OMC). «Estamos decepcionados pero no sorprendidos de que estas consultas no hayan resultado en ningún cambio en la moratoria ilegal y no científica» a la importación de alimentos genéticamente modificados (OGM) por parte de la Unión Europea, que dura cinco años, señaló Richard Mills, un portavoz de Estados Unidos . «Seguiremos adelante y solicitaremos un comité mediador» en la OMC, dijo Mills, lo que constituye el siguiente paso de la demanda formal que su país interpuso el 13 de mayo pasado, con el apoyo de Cana-dá, Argentina y Egipto como codemandantes. Estados Unidos mantiene en la demanda presentada en la OMC que las razones de incertidumbre científica esgrimidas por la Unión Europea esconden detrás un deseo de proteger su mercado frente a las importaciones. En la actualidad, los miembros de la Unión Europea están discutiendo el contenido de una legislación sobre la trazabilidad y el etiquetado de los produc-tos transgénicos con el fin de maximizar su seguridad. En el otro lado del enfrentamiento se encuentran los agricultores estadounidenses que presionan a su Gobierno para que obligue a la UE a permitir la entrada de alimentos transgénicos, ya que, por ejemplo, los productores de maíz alegan que pierden 300 millones de dólares al año por esta prohibición. Mientras, asociaciones en favor del medio ambiente y agricultores europeos se oponen a la introducción de los transgénicos, por considerar-los peligrosos para la salud y el entorno natural. Detractores Los detractores de los cultivos transgénicos sostienen que el consumo de estos productos pueden constituir un riesgo para la salud de animales y humanos. Así, basan sus argumentosen la falta de datos y en la incertidumbre de las consecuencias futuras. ¿Efectos incotrolados?. Las voces críticas sostienen que a día de hoy no se sabe si esta manipulación en uno o varios genes puede hacer que varíe su comportamiento, que active genes pasivos o incluso que estas alteraciones provoquen que ese alimento libere sustancias venenosas o alérgénicos que antes no producía. Una de las bazas de los cultivos transgénicos es su resistencia a las plagas que diezman las cosechas. Para conseguirlo, se manipula ADN de los virus y bacterias que provocan las enfermedades. Los grupos anti transgénicos temen que este ADN pueda transmitirse a los humanos y causar nuevas enfermedades. Los detractores de los cultivos transgénicos sostienen que el uso de antibióticos en el tratamiento de plantas puede hacer que el humano se habitúe a esos fármacos y hacerlos inútiles frente a las enfermedades. Los detractores también argumentan que las decisiones políticas sobre la fabricación de transgénicos están perjudicando a la imagen de los alimentos . El catedrático de medicina preventiva de la Universidad de Santiago, Juan Jesús Gestal, asegura que nunca ha habido un control tan estricto en un alimento «en la Unión Europea tenemos un control muy exhaustivo para garantizar que ninguna planta que se modifica, ningún transgénicos, suponga riesgo ni para el medio ambiente, para animales o humanos. Nunca ha habido unos controles tan exigentes para garantizar la seguridad de un alimento»