Diario de León

Una revisión rutinaria detectó que la hija mayor de los Reyes sufría un «aborto retenido»

La infanta Elena sufre un aborto en el tercer mes de embarazo

Los médicos de la Clínica Ruber creen que la duquesa de Lugo podrá recibir el alta hoy mismo

La infanta Elena junto a su marido en un imagen de archivo

La infanta Elena junto a su marido en un imagen de archivo

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agencias | madrid
León

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La infanta Elena perdió ayer miércoles el hijo que esperaba al sufrir un aborto. La hija mayor de los Reyes se encontraba embarazada de tres meses, tal como había anunciado el pasado martes el Rey Juan Carlos. Un portavoz de la Casa Real explicó que la infanta Elena acudió a primeras horas de la mañana a la Clínica Ruber Internacional para someterse a una revisión de rutina, a su regreso a España procedente de Nueva York. Durante el examen por medio de ecografía, el doctor Emilio Esteban, ginecólogo que habitualmente atiende a la infanta, descubrió que la gestación de 14 semanas se encontraba interrumpida. Doña Elena presentaba lo que se denomina en términos médicos un «aborto retenido». Según expertos consultados, este tipo de interrupción del embarazo, que suele ocurrir en los primeros cinco meses de estar en cinta, se caracteriza porque el aborto no llega a producirse. La embarazada no llega a manchar, por lo que no puede sospechar lo que ocurre, mientras que deja de sufrir todos los cambios físicos y metabólicos de la gestación. Ante el diagnóstico, el doctor Esteban sometió a la infanta Elena a una intervención de legrado de matriz de la que se recupera satisfactoriamente. Está previsto reciba el alta médica durante la mañana del hoy. Los Reyes se enteraron de la triste noticia en Galicia, donde visitaban las zonas afectadas por la marea negra del Prestige . Como es lógico, la noticia del aborto que ha sufrido la Infanta Elena fue recibido con «gran tristeza» por la Familia Real, según informó un portavoz de la Casa del Rey. Doña Sofía, que se encontraba ayer en Valencia acompañando a la Reina Rania de Jordania en la inauguración de una exposición en apoyo de los derechos de la mujer, regresó para acompañar a su hija en la Clínica Ruber Internacional. Pese a lo cual, estaba previsto que la Reina cumpliera con el compromiso de presidir en el Teatro Real un concierto en favor de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. El Rey, que presidió ayer la reunión anual de Cotec y por la tarde recibió a diversas audiencias que tenía programadas, se mantuvo informado en todo momento de la situación de la Infanta, con la que conversó telefónicamente. El esposo de Doña Elena, Jaime de Marichalar, regresó de inmediato de Pamplona en donde asistía al consejo de administración de Portland, y la acompañó toda la tarde en la clínica. El Príncipe de Asturias, desde Moscú, en donde realiza una visita oficial, y la Infanta Cristina, desde Barcelona, conversaron con su hermana por teléfono para conocer su estado y animarla. La natural tristeza con que ha sido acogida la noticia del embarazo malogrado de la Infanta contrasta con la alegría con que los Reyes anunciaron en Galicia el estado de gestación de su hija mayor. En La Coruña primero y en la localidad de Camariñas poco después, Don Juan Carlos, que ayer celebraba su santo, y Doña Sofía dieron cuenta emocionados ante los medios de comunicación del embarazo de la Infanta del que iba a ser su sexto nieto. El portavoz indicó que el estado de salud de la Infanta Elena es «satisfactorio», aunque pasará la noche en la clínica para mantenerse en observación, como medida natural de precaución.

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