La incidencia del cáncer del piel ha aumentado notablemente en los últimos años
Abusar del sol puede tener graves consecuencias para nuestra salud Tratamiento del melanoma Nuevos ensayos con la talidomida como remedio al cáncer de pulmón
En el 2002 se registraron en España 4.800 casos de melanoma y 1.400 personas fallecieron por esta enfermedad
Con la llegada del verano las playas y piscinas se llenan de personas que quieren broncearse en el menor tiempo posible recurriendo a prolongadas exposiciones al sol. Como el bronceado es la respuesta de la piel a la radiación solar, se deben tomar las medidas preventivas adecuadas porque, de lo contrario, puede aparece cáncer de piel. Según la Asociación Española Contra el Cáncer, 12 de cada 100.000 españoles padecen algún tipo de melanoma, considerado como el más grave de los tumores cutáneos. La incidencia de la enfermedad se ha disparado en España en los últimos años, experimentando un crecimiento anual del 5%. Sólo durante el año 2002, se registraron 4.800 nuevos casos de melanoma y más de 1.400 personas perdieron la vida por su causa. No obstante, aunque la mortalidad se ha estabilizado, los especialistas advierten que se podría evitar la mayoría de los fallecimientos ya que el 80% de los melanomas con 1,5 milímetros de grosor tiene curación. A nivel mundial, la incidencia se sitúa en el 8% anual y sólo durante el año pasado se diagnosticaron más de 130.000 casos. Según los expertos, el tipo de enfermos ha cambiado con el paso del tiempo. Así, si hace unas décadas los agricultores y las personas con más de 60 años eran los más afectados tras haber estado muchos años expuestos a la acción de los rayos solares, en la actualidad se están detectando muchos casos entre personas jóvenes, de ambos sexos, que están pagando el precio de la sobreexposición solar. La prevención es la mejor terapia La reducción de la capa de ozono y la preocupación de muchas personas por su aspecto físico sin tomar las precauciones adecuadas son las principales causas del incremento de esta enfermedad. Además de la altitud y la latitud hay que contar con factores de riesgo como la existencia de antecedentes familiares con melanoma, la presencia de muchos lunares de nacimiento, haber tenido varias quemaduras con ampollas antes de los 20 años de edad y tener la piel clara y el cabello rubio o rojizo. ¿Cómo proteger la piel? En primer lugar, hay que ser conscientes del riesgo que supone abusar del sol. Por eso, se debe evitar la exposición entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde, utilizar sombrillas, ropa protectora, una prenda para la cabeza, beber agua y evitar estar inmóvil durante horas. Además, hay que usar cremas protectoras adecuadas al tipo de piel porque previenen los daños solares absorbiendo o reflejando su radiación. Deben aplicarse 30 minutos antes de tomar el sol y repetirse después de bañarse, hacer ejercicio físico, sudar, o cada 2 horas de exposición. No deben olvidarse zonas sensibles como la nariz, las orejas, los labios y la parte posterior del cuello y tener presente que los filtros solares no están recomendados para los menores de 6 años. Conviene recordar que en los días nublados también existe riesgo de radiación ya que las nubes no pueden filtrarla y que algunas superficies como el agua, la arena o el cemento reflejan los rayos. El daño solar es irreversible, acumulable y permanece latente durante muchos años hasta que se detecta el tumor. El melanoma es un tipo de cáncer de piel que aparece cuando unas células llamadas melanocitos se convierten en cancerosas. Cuando la piel se expone al sol, los melanocitos aumentan su producción de melanina, un pigmento responsable del color de la piel, para protegerla de la acción de los rayos ultravioleta. Si los melanocitos crecen en grupo surgen en la piel los lunares, que pueden ser de nacimiento o aparecer con el paso del tiempo. Como la mayor parte de los tumores, el melanoma se trata mejor cuando se detecta en su fase inicial. Por eso, se debe vigilar si las pecas o lunares cambian de tamaño, forma o color, si sangran, pican, son dolorosos al tacto o presentan abultamientos. No obstante, el melanoma también puede crecer sobre un lunar nuevo presentando distintas formas, tamaños y colores. Aunque llega a desarrollarse en cualquier parte de la piel, los hombres contraen melanoma con más frecuencia en la espalda, la cabeza o el cuello, mientras que en las mujeres son los brazos, las piernas y el tronco las zonas más afectadas. El melanoma puede extenderse a otras zonas del cuerpo a través de la sangre o del sistema linfático fijándose en el hígado, pulmón, cerebro o en los ganglios. No es contagioso y no existen riesgos de transmisión por contacto. Aunque el tratamiento depende del tipo, etapa en que se encuentra y la edad del paciente, tras realizar una biopsia la cirugía es el tratamiento más empleado pudiéndose recurrir también a la quimioterapia, la radioterapia y la terapia biológica. Tras el éxito de unas pruebas clínicas aleatorias en las que se investigó la eficacia de la talidomida como medicamento contra el cáncer de pulmón se van a iniciar pruebas clínicas a gran escala. La decisión de pasar a la tercera fase de las pruebas se debe a los buenos resultados de las pruebas preliminares realizadas hace unos tres años, en las que sobrevivieron más de un año al tratamiento casi el 40 por 100 de los pacientes, frente al 21 por 100 que sobreviven estadísticamente a la quimioterapia convencional. La talidomida saltó a la primera página de los periódicos hace unos 40 años, cuando se descubrió que, siendo un medicamento muy útil para paliar las molestias de las mujeres embarazadas, causaba defectos en el feto al impedir que la sangre regara suficientemente los miembros que se estaban desarrollando. En las actuales pruebas dirigidas por el doctor Siow Ming Lee, del Hospital de Middlesex perteneciente al University College de Londres, se va a investigar precisamente esa propiedad limitativa de la corriente sanguínea para ver si es capaz de evitar el desarrollo del cáncer de pulmón. El doctor Lee cree que la talidomida evita el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en los tumores, evitando así su crecimiento y la propagación del cáncer, pero que además presenta propiedades estimuladoras del sistema inmunitario contra las células cancerosas y estabiliza los vasos sanguíneos existentes. Esa estabilización permite que llegue una corriente sanguínea normal hasta el centro del tumor, a través de la cual llegan los medicamentos y el oxígeno necesario para que la quimioterapia actúe eficazmente. La corriente sanguínea a través de un tumor no es continua, sino más bien pulsada, lo que reduce la eficacia de la quimioterapia.