Las especies exóticas invasoras ponen en peligro la biodiversidad La situación en Castilla y León

La llegada de especies foráneas de flora y fauna y su incorporación al medio natural provoca graves alteraciones sobre los ecosistemas al entrar en contacto con algunas de las autóctonas, poniendo en peligro su existencia o transmitiendo enfermedades y parásitos. Además, puede repercutir también en la salud pública y la economía al dañar infraestructuras o reducir los recursos que genera la caza y la pesca. Aunque el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha puesto en marcha medidas para hacer frente a este problema y la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas prohíbe y controla las que están en peligro de extinción o son vulnerables, la legislación nacional está llena de lagunas y se reduce al control sobre aquellas que están en declive o constituyen un peligro directo para el resto de la biodiversidad. Además, como el ámbito doméstico es uno de los más peligrosos, es muy importante que las administraciones informen y sensibilicen a la población para que extremen las atenciones a los animales exóticos a la hora de adquirirlos, cuidarlos y no abandonarlos en cualquier parte para evitar el impacto sobre los ecosistemas. I Congreso Nacional Este ha sido el punto de partida del I Congreso Nacional sobre Especies Exóticas Invasoras que se ha celebrado en la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de León y que reunió a más de 200 biólogos e investigadores de todo el mundo. Las jornadas, organizadas por el Grupo de Especies Invasoras (GEI) han servido para profundizar en el conocimiento científico y técnico, aunar información, elaborar un diagnóstico de la situación en España y canalizar futuros esfuerzos de gestión para intentar restablecer el equilibrio ecológico y económico que producen la llegada de especies foráneas. El GEI (www.lapaginaweb.de/gei) es una ONG que lucha desde 1998 contra la pérdida de la biodiversidad española centrando su atención en aquellas especies alóctonas que por su impacto negativo se vuelven «invasoras». Aunque se desconoce cuántas especies colonizadoras hay en la península, desde el GEI se afirma que son muchos los ecosistemas afectados, incluidos el urbano y el agrícola. La grafiosis del olmo, el virus de la peste bovina, el jacinto acuático, el tamarisco, la hierba de las Pampas, el mejillón cebra, el caracol gigante africano, la rana toro americana, el lucio, la cotorra argentina, el estornino, la tortuga de Florida y el visón americano son una pequeña muestra de los muchos existentes. Las aguas continentales son las más afectadas al contar con más de 26 especies exóticas que causan estragos en el resto de la ictiofauna. La celebración de este I Congreso ha supuesto incidir una vez más en la necesidad de elaborar una estrategia internacional que siente las bases para que los países elaboren su legislación particular que obligue a intervenir en la salvación de los ecosistemas y en concienciar a los ciudadanos sobre su importancia. El acto de inauguración del Congreso estuvo presidido por la consejera de Medio Ambiente, Silvia Clemente, quien recordó el trabajo llevado a cabo por su Departamento para conservar la rica biodiversidad de nuestra Comunidad. En este sentido, recordó que se están siguiendo las directrices emanadas de los convenios internacionales (Diversidad Biológica, Ramsar, Berna) y las normativas comunitaria, nacional y autonómica sobre conservación de espacios naturales, flora y fauna, y afirmó que «Castilla y León ha elaborado su propia lista de especies invasoras y puesto en marcha estrategias para impulsar la investigación sobre las poblaciones, hacer un seguimiento y frenar la invasión de especies piscícolas foráneas como el percasol, el lucioperca o el lucio, que están arrasando nuestra reserva piscícola». Además, la Consejería de Medio Ambiente ha recibido el respaldo de la UE para desarrollar un Programa Life de conservación del visón europeo y su hábitat de distribución que contempla también erradicar las poblaciones de visón americano y controlar su expansión a nuevas zonas. El trabajo es complicado y según afirman los expertos es muy difícil frenar la expansión de una especie que está asentada y no es recomendable introducir otra distinta para eliminarla como se hizo en su momento con el cangrejo señal para combatir al rojo americano. El resultado fue que las dos especies no compiten entre sí al ocupar hábitats distintos y ambas transmitieron al autóctono el hongo que prácticamente ha acabado con ellos. En los ríos españoles hay más de 26 especies de peces exóticos que causan estragos en el resto de la ictiofauna