Un arzobispo odiado por sus fieles
? El pasado 27 de febrero, ante la jefa de su Iglesia, la Reina y todas las autoridades del Estado británico, Rowan Williams, recién ataviado con las galas y báculo como centésimo cuarto arzobispo de Canterbury, inició su sermón de la siguiente guisa: «Se ha dicho en ocasiones que, si alguien se te acerca en la calle y te susurra al oído: '¡Corre! Te han descubierto', nueve de cada diez entre nosotros echaría a correr». El nuevo arzobispo de Canterbury parece resignado a impartir su fe en un mundo con tan alta proporción de impostores y esa aceptación de lo fraudulento en la naturaleza humana le ha creado serios problemas con sus correligionarios. El movimiento 'Church Society' (Sociedad de la Iglesia) le pidió que no aceptase el cargo de arzobispo ya que consideraba que sus escritos y sermones están en contra de las enseñanzas de la Iglesia que ahora lidera. Los evangelistas, los más fieles, acusan a Williams, de insultar a Juan, conocido por ser el autor del Libro de la Revelación, al afirmar que esa parte de la Biblia contiene «página tras página de fantasía paranoica». Los evangelistas, que se erigen defensores de la literalidad del texto bíblico como voz de Dios consideran que un blasfemo lidera su iglesia y la decisión que éste ha tomado de no oponerse a la ordenación de un obispo gay empuja a los evangelistas a considerar su alejamiento de la iglesia de Inglaterra.