EL PULSO Y LA CRUZ
Proyectos y bodorrios
HOY se constituye en León el nuevo Consejo Presbiteral: un grupo estable de sacerdotes (en torno a treinta) que será el asesor del Obispo en las cuestiones más importantes de la marcha diocesana. El lunes serán los trece arciprestes los que se reúnan. Unos y otros verán si al curso que termina se le puede aplicar lo que progresa adecuadamente. Pero verán también por dónde tirar el próximo curso y los sucesivos. Hace meses que el Sr. obispo piso el botón de arranque de elaboración de un nuevo Plan de Pastoral. Ya está adelantado en su elaboración. Dentro del denominador común de buscar una mayor comunión entre todos los miembros de la Iglesia diocesana, se marcan algunas preferencias. Como son: cuidar los procesos de iniciación cristiana (antes y después del Bautismo) y la pastoral juvenil y vocacional, animar a los laicos a que sean testigos de Cristo en el mundo, como adultos y asociados, impulsar y mejorar las celebraciones de la fe y de la piedad popular, acentuar la dimensión socio-política, cultural y caritativa de la fe y prestar especial atención a la situación humana, espiritual y pastoral de los sacerdotes. Todo ello será el marco en que encajar los programas anuales que ser irán redactando e intentando aplicar. Será el primer signo de unidad: avanzar en la pastoral de conjunto. Y no como estrategia, sino como exigencia de fidelidad a nuestro origen, que no es otro que el infinito amor de Dios manifestado en Jesucristo. Ahí sí. Otro asunto. Dicen los expertos que es temporada alta. Que equivale a decir que es evidente que estamos en época de bodorrios, con todos los aditamentos que se imponen en una sociedad de relativa opulencia, que se esmera por acercarse al canon del despilfarro de escaparate que es la cultura made-in-USA. No vendrá mal dar un repaso a los datos sobre el estado matrimonial. Según cifras de 1999 (las últimas de que disponemos), tres de cada cuatro matrimonios de los que se celebran en la provincia de León lo son «por la Iglesia Católica». Exactamente un 76,5%. Fueron, en cifras absolutas, 1.500 los matrimonios canónicos y 460 los civiles. Estos datos son similares a los de la comunidad autónoma y a los de toda España, si bien en Cataluña y las comunidades insulares es civil un matrimonio de cada tres. En cuanto al número de separaciones resueltas judicialmente, León, con 528, fue la provincia con mayor número de toda la comunidad. En lo que se refiere a divorcios, León, con 268, ocupa el segundo lugar, tras Valladolid. En cualquier caso, Castilla y León tienen una de las cifras más bajas de toda España en separaciones y divorcios: un 7,6% por cada 10.000 habitantes. Otros datos curiosos: 96 de las separaciones (casi dos de cada diez) ocurrieron antes de los dos años de casados; 68 (un 13%), después de 20 (esta cifra se ha disparado en el año 2000 a 133 de 497, es decir, casi un 27%). En cuanto a los divorcios, 46 (más de un 17%) se dictaron antes de los dos años de haber contraído matrimonio; 41 (uno y medio cada diez), después de veinte o más años de casados (en el año 2000 los divorcios en este segmento de edad supusieron más del 27% del total). En cuanto a la edad de quienes contraen matrimonio, en el año citado los jóvenes leoneses se acercaban al matrimonio con 31 años de edad y las muchachas con 29 (la media de España era de 29 para ellos y de 27 para ellas). Los entendidos dicen que este retraso «tiene que ver con los ciclos económicos, pero también con los nuevos valores culturales y sociales que asumen los jóvenes». De lo cual se deduce que la edad sí, y otros factores también, pero sobre todo es la mentalidad la que se convierte en causa principal del descenso de la natalidad. Y de otras cosas. Mal asunto por mal enemigo. Y ahora dos nombres propios. Lucinio Maratínez Borrego, natural de Villamandos, jubilado de su trabajo civil, después de unos años de Estudios Eclesiásticos en el Seminario de Murcia, va a ser mañana ordenado sacerdote en la Catedral de Murcia. Lo ordenará D. Antonio Vilaplana, obispo emérito de León. Demetrio Barrientos Domínguez falleció a primeros de mes, a las 73 años de edad; fue un laico comprometido con su fe, participó en decenas de Cursillos de Cristiandad y era miembro activo de la Adoración Nocturna. Descanse en paz.