Cuba ya está preparada para aplicar la terapia genética en seres humanos
? Científicos cubanos aseguraron este viernes que en unos pocos meses estarán en condiciones de aplicar en humanos un factor de crecimiento del endotelio vascular, capaz de regenerar las partes dañadas del corazón, que ya ha sido probado con éxito en animales. «Quizás en cuestión de meses se pueda empezar a inyectar el factor de crecimiento del endotelio vascular (tejido superficial del interior de los vasos sanguíneos) en el corazón de las personas que tengan su área dañada», dijo al semanario 'Granma Internacional' el doctor Noel González. González, que ha sido considerado padre de la cardiocirugía cubana (realizó el primer transplante cardíaco en la isla en 1985), dirige un grupo integrado por especialistas del hospital Hermanos Ameijeiras de La Habana y del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB). Los especialistas del CIGB lograron aislar el factor de crecimiento del endotelio vascular y probaron su eficacia durante largo tiempo, al inyectarlo en animales. Ese factor de crecimiento es capaz «de desarrollar vasos sanguíneos para nutrir aquellos que la arterioesclerosis ha dañado y favorecer la reparación de una lesión cardiaca», señaló González. Indicó que otro grupo de investigadores trabaja usando ese factor de crecimiento «para regenerar los vasos sanguíneos que nutren a miembros del cuerpo (brazos y piernas) que de otra forma habría que amputar». La terapia genética «puede ser muy útil también para el tratamiento de otras enfermedades como el Mal de Alzheimer y la diabetes», entre otros 22 padecimientos genéticos susceptibles de favorecerse con esta técnica. González es partidario de la clonación humana con fines terapéuticos, pero indicó: «Con fines reproductivos no estoy de acuerdo, aunque no quisiera abogar por prohibir nada». El médico que realizó el primer transplante de corazón en Cuba hace 18 años opina en el presente que «la donación de órganos es sólo una solución parcial», pues es necesario auxiliarse cada vez más de la terapia genética y la clonación con fines terapéuticos. «Tenemos el criterio de que no podemos privarnos de nada» por ambicioso que parezca, apuntó el científico.