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El magistrado puso en libertad al marido que una semana más tarde asesinó a su mujer

Investigan a un juez por ignorar las denuncias de una mujer maltratada

El castigo puede ir desde la suspensión por tres años a la separación definitiva de la carrera

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Alfonso Torices - madrid
León

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? El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) investiga la actuación del titular del juzgado número tres de Barcelona, Gonzalo de Dios Hoyo, que recibió hasta trece denuncias de malos tratos de una mujer que acabó siendo asesinada a martillazos por su ex marido el pasado mes de junio. La comisión disciplinaria del Congreso General del Poder Judicial decidió el pasado lunes por la noche, a propuesta del Servicio de Inspección, abrir diligencias informativas, trámite previo a la apertura de un expediente sancionador, para estudiar si el comportamiento del magistrado en la tramitación de las denuncias por malos tratos fue el adecuado. El informe preliminar que realizó la Inspección que ha servido de base a los vocales para abrir las diligencias, señala la posibilidad de que el juez incurriese en tres faltas disciplinarias muy graves, por desatención a la víctima, por retraso injustificado en la tramitación de la causa, y por inactividad procesal. La ley indica que este tipo de faltas pueden ser castigadas con penas que van desde la suspensión de empleo durante tres años, pasando por el traslado forzoso del juez hasta llegar a la separación definitiva de la carrera. El documento, muy duro con el trabajo del juzgado de instrucción, indica que el magistrado ni siquiera se dignó a tomar declaración a Ana María Fábregas, la víctima, en los nueve meses que transcurrieron entre la primera denuncia de maltrato contra su marido, el uno de octubre de 2002, y el día de su muerte, el diez de junio pasado. La víctima no quería causar ningún mal a su ex compañero, en el sentido de que no quería que fuese encarcelado, sino únicamente que se dictase una orden de alejamiento, tras alegar que estaba «enfermo» y era un «alcohólico». El mismo informe destaca que el magistrado tampoco tomó medida de seguridad alguna en los tres ocasiones en las que la víctima acudió al juzgado a declarar que su marido estaba violando la medida cautelar de no poder aproximarse a ella. Además, en el texto se añade que, cuando el maltratador fue detenido y puesto a disposición judicial, el juez le dejó en libertad y le citó días más tarde para declarar. Tras la declaración, tampoco adoptó medida alguna y, una semana después, el sospechoso asesinó a martillazos a su mujer. La apertura de diligencias informativas no es sinónimo de expediente disciplinario. Es un paso previo. En la próxima reunión de la comisión disciplinaria de Consejo General del Poder Judicial, si las diligencias están concluidas, los vocales deberán decidir si abren el expediente o si por el contrario archivan las actuaciones realizadas, por no encontrar indicios de la comisión de faltas. El juez, por su parte, se ha limitado hoy a expresar su «convicción» de que obró profesional y correctamente en este caso.

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