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El Parlamento aprobó normas sobre su etiquetado que permitirán su venta antes de final de año

La Eurocámara abre la vía para acabar con el veto a los alimentos transgénicos

Los productos podrán contener un 0,5% de transgénicos no autorizados sin indicarlo en el envase

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Domingos Sampedro - corresponsal | bruselas
León

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El Parlamento Europeo respaldó ayer las nuevas reglas sobre autorización, etiquetado y trazabilidad de alimentos transgénicos, lo que permitirá poner fin a las restricciones adoptadas por los Quince en 1998 en torno a la comercializaciones de los organismos genéticamente modificados (OGM). Nada más aprobarse la nueva normativa, Bruselas anunció que su propósito es que antes de finales de año se levante la moratoria de facto que pesa sobre este tipo de productos. En aras de lograr un acuerdo rápido para evitar así el farragoso proceso de conciliación entre instituciones, los eurodiputados asumieron ayer unas enmiendas de compromiso que básicamente, reflejan la posición alcanzada previamente por los Estados miembros. De este modo, la nueva normativa limita al 0,9% la presencia accidental del OGM en un determinado producto, pero si la cantidad de transgénicos rebasa este umbral deberá indicarse claramente en la etiqueta. De igual manera, la Eurocámara aceptó que cualquier producto alimenticio pueda contener un máximo del 0,5% de transgénicos no autorizados, aunque sólo durante un período transitorio de tres años. Una proporción superior deberá indicarse en los envases. Respecto a las etiquetas, el texto adoptado por la Eurocámara obliga a indicar la presencia de transgénicos -siempre que se superen los umbrales citados- en el lugar donde figuran los ingredientes, de tal forma que habrá de precisarse que un determinado producto está «modificado genéticamente» o bien ha sido «producido a partir de (un determinado organismo) modificado genéticamente». La eurocomisaria de Medio Ambiente, la sueca Margot Wallström, recalcó que la nueva legislación «refuerza la posición del consumidor», pues éste va a disponer de mayor información para decidir en consecuencia. Y la eurodiputada alemana Hiltrud Breyer, perteneciente al Grupo de los Verdes-ALE, que ha defendido con mayor virulencia las restricciones sobre transgénicos, se expresó en el mismo sentido al señalar que «yo no temo al levantamiento de la moratoria, porque la industria alimentaria [que trabaja con OGM] fracasará, ya que no le quedará más remedio que decir la verdad». Los Quince se pronunciarán de nuevo en septiembre sobre los nuevos reglamentos para OGM, que no abordan aspectos como la coexistencia de cultivos o la responsabilidad. La intención de la Comisión es que las nuevas reglas entren en vigor en seis meses, lo que permitiría levantar la moratoria antes de finales de año.