La importancia de los hábitos
Para evitar futuros problemas, los pediatras y odontólogos coinciden en que se debe suprimir el chupete a partir de los tres años de edad e impedir la llamada «mordida abierta». Otros hábitos nocivos como chuparse los dedos, morderse las uñas, los labios y objetos extraños, respirar por la boca o empujar la lengua contra los dientes también pueden provocar la mala posición de las piezas dentales. De esta forma, aumenta el peligro de rotura y la cantidad de restos de comida (con el riesgo de padecer caries y enfermedades de las encías), llegándose a reducir la calidad de la masticación cuyas consecuencias son estreñimiento, presencia de gases o problemas digestivos. Durante el tratamiento de ortodoncia, además de llevar una adecuada higiene bucal y cepillarse tanto los dientes como los aparatos, debe evitarse comer alimentos duros (frutos secos) y tomar picados aquellos que también lo son (manzana, pera, zanahoria). Tampoco es aconsejable comer chicles o caramelos masticables así como introducir objetos en la boca o morderlos (lápices, bolígrafos, palillos, uñas) porque pueden doblar o romper el aparato. Igualmente, se deben rechazar hábitos dietéticos nocivos como el elevado consumo de alimentos y bebidas azucaradas para reducir la presencia de caries. Y en los pacientes adultos, olvidarse del tabaco para evitar manchas en los dientes. Es evidente que la ortodoncia mejora la salud bucal y permite armonizar los dientes y la cara creando una sonrisa bonita que realza la autoestima y mejora la calidad de vida.