Un 600 con bula real

El periplo del Seat 600 pilotado por los hermanos Carbajo de Benavides de Orbigo, recorriendo el Camino de Santiago por su trayecto tradicional tuvo su fin el pasado sábado, cuando después de siete días y mil peripecias llegaron a Benavides de nuevo. El peregrinaje no fue sencillo, aunque sí enriquecedor. El mítico vehículo matriculado el mes de marzo del año 1969 sufrió un pinchazo en Foncebadón, ante la Cruz de Ferro, calentones en los puertos de Piedrafita y El Cebreiro, pero «en general el coche se ha portado como un jabato», señala Alfredo. Anécdotas, muchas. Como el ejemplo de unos guardias de Trafico en un control de velocidad, «que se rieron de nosotros y nos saludaron». El patrocinio del Diario de León también dio de sí: «La gente nos preguntaba si éramos periodistas, incluso de policías de varias ciudades que nos facilitaban las cosas». Lo más significativo de todo el viaje llegó no obstante al final. «A la Plaza del Obradoiro no se puede acceder con automóviles, es peatonal. Logramos convencer a la autoridad municipal y ahí estuvimos, como reflejan las fotos; pero además ese mismo día compartimos protagonismo nada mas y nada menos que con el Rey Juan Carlos y doña Sofía, que salían con sus escoltas del Hotel de los Reyes Católicos. Don Juan Carlos además se nos ha quedado mirando sorprendido y sonriendo al Seat 600: será un bonito recuerdo ». El periplo siguió hasta las playas de la Costa da Morte, donde, dicen, no queda apenas rastro del chapapote. Desde allí, vuelta a León. «Quien sabe, tal vez la próxima gesta sea llegar hasta Noruega, a ver el Cabo Norte, o a Mauritania por el desierto del Sáhara en el 600, que creemos que puede aguantar sin problemas». El animo que no decaiga.