Diario de León

La designación había enojado a los sectores más conservadores de la Iglesia Anglicana

Las presiones obligan a un sacerdote gay a renunciar a ser obispo anglicano

La elección era contraria al «orden divino», según proclaman los conservadores

El Hubble captó ayer la explosión de una estrella en una galaxia cercana

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ap/afp | londres
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Jeffrey John, el sacerdote homosexual elegido para encabezar la diócesis de Reading (oeste de Londres), ha renunciado a ser entronizado obispo, según anunció ayer un portavoz del obispo de Oxford, que le había designado para esta función. Este nombramiento había despertado una seria polémica en el seno de la Iglesia Anglicana, ya que el candidato a la diócesis de Reading no había ocultado sus inclinaciones homosexuales, aunque sosteniendo que vivía «de manera casta (célibe)» desde hace varios años. En una carta remitida al obispo de Oxford, Jeffrey John explicó haber adoptado esta decisión atendiendo a los perjuicios que su consagración podría haber causado a la unidad de la Iglesia. Decididos a impedir su entronización, unos 80 sacerdotes habían rogado al primado de la Iglesia Anglicana y arzobispo de Canterbury, monseñor Rowan Williams, que anulara la decisión del obispo de Oxford, amenazando con «graves consecuencias» para la Iglesia de Inglaterra. Jeffrey John debía ser entronizado como obispo el próximo 9 de octubre por monseñor Williams en la abadía de Westminster. «Es un nombramiento que yo no he buscado promover ni bloquear», había indicado el arzobispo de Canterbury ante la protesta general provocada por esta decisión en el seno de las filas conservadoras de la Iglesia Anglicana. Para estos miembros, la elección de un obispo homosexual es contraria «al espíritu de las Santas Escrituras», a dos milenios de tradiciones cristianas, así como «al orden divino». Incluso, algunas diócesis habían amenzado con un cisma si esta designación no se anulaba. Para monseñor Peter Akinola, arzobispo de la Iglesia de Nigeria, que coaccionó con retirarse con sus 17,5 millones de fieles, la Iglesia Anglicana soportaba allí «los ataques de Satán». Se trata de una polémica sin precedentes en la Iglesia Anglicana moderna, que cuenta con unos 70 millones de fieles en todo el mundo, ya que la cuestión de la homosexualidad es todavía un tema tabú. Canadá también ha constribuído a que la cuestión se magnificase tras la decisión de un obispo de una diócesis de Colombia-Británica (oeste) de autorizar a sus sacerdotes a bendecir religiosamente matrimonios de parejas de lesbianas y gays. El documento de política interna de la Iglesia Anglicana de 1991 'Temas en la sexualidad humana', permite las relaciones homosexuales entre los laicos, pero exige el celibato para los sacerdotes homosexuales. Aunque tradicionalmente la Comunidad Anglicana se ha considerado a sí misma como una iglesia que tolera las diferencias, el nombramiento de Jeffrey John puso el dedo en la llaga sobre un tema que divide a liberales y conservadores: la homosexualidad y su interpretación en la Biblia. Para los liberales, la Biblia no menciona esta palabra y Jesús no dijo nada al respecto. Por otra parte, para ellos las Sagradas Escrituras dejan traslucir las opiniones y los prejuicios de quienes las escribieron, y como ejemplo citan la tolerancia a la esclavitud. Pero muchos de quienes toman la Biblia de manera literal aseguran que tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento condenan claramente la homosexualidad. El Papa ha hecho varias referencias a los homosexuales desde que asumió su cargo. En mayo de 1985, explicaba: «¿Es realista imaginar un Cristo 'permisivo' en el sector de la vida prematrimonial. en el hecho del aborto, de las relaciones sexuales prematrimoniales y homosexuales?».

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