La dificultad de detectar a la bacteria
Varios grupos de investigación internacionales han propuesto amplificar el gen de la toxina que produce de esta bacteria para la detección específica de la bacteria en lotes de semilla. Sin embargo, los estudios realizados por González Cordero en las bacterias de la raza 5 aisladas en la provincia de León, han demostrado que estas bacterias no tienen el gen de la faseolotoxina por lo que no serían detectadas por métodos basados en dicho gen, haciéndose necesario encontrar otros genes o zonas del genoma específicas de esta bacteria para desarrollar los métodos de detección. Por ello se están analizando otros genes que presentan las distintas razas de esta bacteria y que son la clave de la resistencia a la enfermedad, de tal forma que las plantas resistentes a una raza son capaces de detectar los compuestos producidos por la bacteria a partir de uno de estos genes y reaccionar frente a la infección. Las distintas razas presentan distintas combinaciones de genes de avirulencia, por lo que son candidatos ideales para desarrollar métodos de detección y clasificación. El grupo del profesor Pérez de la Vega ya ha caracterizado diferencias en estos genes que permiten clasificar a varias de las razas. Por otro lado, se están aplicando técnicas de genética molecular que permiten buscar diferencias en los genomas de los organismos de forma aleatoria, sin necesidad de centrarse en genes concretos. Se están analizando con estos métodos colecciones de bacterias recogidas tanto en la provincia de León como otras zonas productoras. El aislamiento de las bacterias se realiza a partir de hojas y vainas de plantas infectadas empleando métodos microbiológicos y posteriormente son clasificadas en una de las nueve razas empleando infecciones controladas en variedades control. Estos métodos son lentos y tediosos pero se espera que las diferencias encontradas en su genoma permitirán desarrollar en el futuro métodos rápidos de detección y clasificación.